Ceasar Zeppeli

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Flores

- Hola bella, bonito día, pero no tan bonito como tú.- La fémina soltó una risa ante la frase del rubio, negando con la cabeza mientras dejaba de entrenar para verlo. El rubio sacó de entre sus manos una flor, entregándosela con una sonrisa-. ¿Tienes planes para esta tarde?

- Pensaba entrenar con Joseph, me dijo que lo ayude pero...

- ¡Ella estará conmigo! Vete Ceasar, no necesitamos tu ayuda.

- No vine a verte a ti, idiota.- Hizo a un lado la cara de Joseph, pues había quedado muy cerca de la fémina-. Si no tienes tiempo, pod-

- No no, si puedo, creo que adelantar el entrenamiento no estaría mal, así me desocupo temprano y voy a lo que sea que quieras hacer.- Tomó la flor que el rubio le dio, sonriendo de oreja a oreja mientras la veía-. Oye, necesitaré más floreros si me sigues dando de estas~.

- Perfecto, nos vemos a las 4 ¿Te parece? Pasaré por tu habitación a esa hora~.

- Me encantaría, Ceasar~.- El rubio salió de ahí con una sonrisa, recibiendo unos cuantos insultos de Joseph por haber interrumpido su sesión de entrenamiento matutina-. ¿Qué me miras?

- ¿Cuando harán lo suyo oficial? Ya sabes, los dos son más que amigos pero no son novios... son raros.

- Supongo que ninguno de los dos hemos encontrado el momento para decirlo...¿Es raro?

- Un poco, pero creo que si le gustas de verdad a Ceasar ¿a ti también te gusta así?

- Mentiría si digo que no... pero vamos, es un poco imposible que Ceasar quiera algo tan serio como eso.

- ¿No te molesta eso.

- Un poco, a veces, pero... no es como si pudiera molestarme, ya sabes.

- En serio son muy raros ustedes dos, Ceasar se enoja cuando pasas mucho tiempo conmigo o cuando otros chicos te coquetean, pero no te lo dice ¿Son tontos o algo?

- ¿El hace eso?.-La fémina soltó una risa al escucharlo, pues Ceasar nunca se había portado así frente a ella-. Ah, me esconde muchas cosas~.

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- Hey, wow... que hermosa, amore.- El italiano silbó con una sonrisa, mirando de arriba a abajo a la fémina-. Vaya, estás demasiado hermosa.

- Vamos Ceasar, no exageres~... aunque bueno, fue Suzie Q la que escogió la ropa, quería verme un poco decente después de terminar hecha un asco por culpa de JoJo.

- No hablemos de ese tonto, vamos~.- Le tendió la mano con una sonrisa, la fémina aceptó gustosa y salieron de ahí caminando juntos, conversando de cualquier cosa, pues cuando estaban juntos los temas simplemente salían y se iban de largo.

Pasearon por la ciudad mientras comían un dulce, la cita iba maravillosa, Ceasar no se había sentido así de bien desde hace mucho tiempo y sentía que la joven aprendiz de Lisa Lisa era lo único que necesitaba para seguir viviendo.

- Ah, la ciudad está un poco llena hoy ¿No crees?.- Iban paseando de la mano, mirando de reojo las tiendas y la cantidad de personas que pasaban por ahí, un poco más de lo normal. La fémina llamó la atención de otro joven que pasaba por ahí, y apenas conectaron miradas el chico le guiñó el ojo sin pena, sacandole una risa a la acompañante del joven Zeppeli-. Que sinverguenza~.

- ¿Qué?.- La mirada del rubio viajó hacia el extraño, frunciendo el ceño para tomar de la cintura a la chica, pegándola a su cuerpo ¿el gran Ceasar Zeppeli sintiendo celos? Nunca, eso era para gente sin autoestima, el sabía que la joven solo tenía ojos para el, pero las miradas de otras personas hacían que su sangre hirviera-. Lo hace sin pena alguna, y yo estoy aquí mismo.

- ¿Acaso son celos eso que siento? JoJo me dijo que también actúas así con el cuando no te veo~.

- No son celos ¿Por qué debería sentir celos? Bah, ellos no están a mi altura, mucho menos a la tuya.- El suave sonrojo en las mejillas del italiano hicieron que la fémina riera, negando con la cabeza.

- Tienes razón, nadie está a tu altura, Ceasar... no podría ver a nadie más como te miro a ti.

- ¿En serio?.- El sonrojo se extendió por todo el rostro del rubio, bastante emocionado en realidad-. Vaya... gracias, que lo digas tu hace que se sienta diferente. Y... ahora que lo dices, tengo que mostrarte un ultimo lugar, vamos.

Caminaron de regreso a casa, las estrellas ya se podían ver en el cielo y apenas había un rastro de luz, habían pasado toda la tarde tonteando en la ciudad y para la vida ajetreada que tenían eso era lo mejor del mundo. Fueron hasta atrás de los cuartos, la fémina iba bastante curiosa de qué sería pues Ceasar adoraba mantener todo en secreto, y esta no sería la excepción.

- Bien, cierra los ojos.- Tomó a la fémina del hombro mientras su otra mano cubría sus ojos, caminando con cuidado unos pasos más-. Bien... ahora si puedes abrirlos.

- Oh Dios Ceasar esto es... hermoso.- Frente a ella había un pequeño jardín lleno de diversas flores, todas con algún significado romántico. Paseó la vista por el jardín, parando en un pequeño sector donde se encontraban sembradas las primeras flores que le había regalado, volteó a ver al rubio, abrazándolo por el cuello mientras sonreía de oreja a oreja-. ¡Ceasar! Es bellísimo ¿Lo hiciste todo tu?

- Dijiste que ya no tenías espacio en los floreros.- La miró con una pequeña sonrisa, sosteniéndola de la cintura con cuidado-. Me tomó un tiempo, sobre todo porque JoJo no dejaba de meterse y no quería que arruinara la sorpresa, es un idiota.

- Tiene su encanto.- Se encogió de hombros mientras reía, llevando sus manos hacia el rostro de Ceasar, acariciando sus mejillas con cuidado-. Gracias... creo que este es el mejor regalo que me han dado en toda la vida.

- El regalo viene con... una pequeña petición, bueno... Ya sabes que hemos estado, uhm, en algo, durante un buen tiempo ¿No? Y la verdad es que quiero que ese "algo" tenga un nombre, eres lo mejor que le pasó a mi vida, y quiero compartir el resto de ella contigo.

- Ceasar...

- Eres una persona maravillosa, y en serio quiero una vida a tu lado así que... ¿Te gustaría tenerme de acompañante por el resto de tu vida? 

- Dios Ceasar claro que si, te amo.- El rubio no esperó más para besarla, levantándola con cuidado del suelo entre sus brazos, dejando que sus sentimientos fluyan entre sus labios. Habían compartido un par de besos antes, nunca algo tan serio, pero el roce de sus labios en ese momento era completamente diferente. Suave, buscando sentir al otro, recorriendo su boca con paciencia, como si fuera la ultima vez que podrían besar.

- Yo también te amo, tesoro.- Rió contra sus labios, dejando suaves besos en el rostro de la fémina con bastante cariño.

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JoJo ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora