Leone Abbacchio

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-No confío en ti.

- No me importa, no estoy aquí por ti.- La mala mirada que compartieron los dos solo avisaba que habría una pelea, por suerte Bucciarati llegó para detenerlos.

- Basta, por favor.- La voz del pelinegro calmó a los dos, volviendo a sus asientos para continuar con la reunión-. Bien, necesito que los dos vayan a una misión.

- No confío en ella, Bucciarati.

- Pero su stand y tu Moody Blues son perfectos para la misión, es una orden.

-Tsk... Espero que no me atrases.- Una mala mirada fue lo único que Abbacchio le dio a la fémina por el resto de la reunión, cuando por fin terminó cada uno se fue a su respectiva habitación a prepararse para la misión, y después de pocos minutos ya estaban listos para irse.

- Te avisaré apenas acabemos, Bucciarati.

- Tengan cuidado.- Bruno les sonrió con tranquilidad, tal vez después de aquello al fin se llevarían bien, o al menos eso esperaba el.

La ida hacia el lugar fue bastante silenciosa, pues ninguno de los dos tenía ganas genuinas de empezar una conversación. La fémina se había unido apenas hace una semana a la pandilla de Bucciarati, el pelinegro vio potencial y decidió reclutarla sin pensarlo dos veces, pues odiaba ver como los demás desperdiciaban su vida sin más en las calles.

Abbacchio no la conocía, para el era otra chica más, posiblemente una traidora, y se lo había dejado claro desde su primer encuentro. La personalidad arisca del peliblanco no dejó que congeniaran bien, tal vez tenía miedo de acercarse y hacerle daño como pasó con su ultimo compañero, tal vez simplemente no congeniaban, eran muchas las variables, pero Leone no estaba preparado para ser cercano a más personas.

- Haz bien tu trabajo.

- No tienes que decirmelo, Abbacchio.- Gruñó en respuesta, adelantando el paso hacia el enorme lugar. 

Bucciarati los había mandado a una misión para sacar información de una mafia enemiga, al parecer estaban haciendo negocios en territorios de Passione, y la organización no estaba muy feliz por aquello. Lastimosamente aquello era trabajo para dos, y la única libre para acompañar a Abbacchio era la fémina.

- Bien, según las instrucciones de Bucciarati debe ser aquí, puedes comenzar.- La muchacha revisó el lugar antes de decir aquello, finalmente mirando al más alto-. ¿Qué esperas?

- No quiero que me veas usar mi Stand.

- Deja de ser infantil.

- No confío en ti.

- Ugh, está bien... idiota.- Rodó los ojos, dándose la vuelta para seguir recorriendo el lugar en busca de enemigos, había algo en el lugar que no le daba total confianza, así que mejor sería revisar en vez de quedarse parada viendo la cara enojada de Abbacchio.

Leone sacó su Stand, empezando a rebobinar las acciones en aquella sala con su Moody Blues sin problema, bastante concentrado en lo que pasaba. A los pocos minutos encontró lo que buscaba, era una conversación entre varios miembros de la mafia, y al parecer había un traidor dentro de Passione quien ayudaba a la mafia contraria.

- Bucciarati no se alegrará de esto...

-¡Abbacchio!

Todo pasó muy rápido, Abbacchio ni siquiera tuvo tiempo de reaccionar pues la fémina ya se encontraba frente a el, con una herida bastante profunda en el abdomen. Al parecer uno de los integrantes de la mafia contraria los había encontrado, otro usuario stand pues ninguno de los dos fue capaz de verlo antes de que atacara, y la chica había recibido el ataque por el sin pensarlo dos veces.

-¡S-Sigue escuchando lo que dice, yo me encargo!.- A pesar de tener una herida bastante grave la fémina no se dio por vencida, mirando al peliblanco con una sonrisa-. Haremos bien esta misión.

Sin pensarlo mucho sacó su stand, empezando la pelea ahí mismo ante la mirada sorprendida de Leone. Nunca la había visto en acción, pues esta era la primera misión que tenían juntos, y vaya que entendió porqué Bucchiarati confió en ella para unirla a la Gang. Era bastante fuerte, no había duda de eso, la manera en la que atacaba indicaba que tenía bastante experiencia, un ex policia como Leone lo notaría enseguida. No solo eso, el manejo de su stand era impecable, cada golpe con sus puños estaba sincronizado con el de su Stand, siendo una peleadora perfecta. Por un momento sonrió, su técnica tenía algo que se le hizo conocido pero no dijo nada, dejando que Moody Blues hiciera su trabajo, yendo a ayudarla en la pelea.

Abbacchio no tenía un Stand muy útil para la batalla, pero el estaba más que listo para eso, y después de ver como la chica recibió un ataque directo y tan grave por el no la dejaría sola. Los dos hicieron un perfecto equipo, los puños de Abbacchio golpeaban donde la fémina no llegaba a atacar, el stand de ella recorriendo el cuerpo de Abbacchio como si fueran conocidos desde hace mucho. Su sincronía fue perfecta, y en pocos minutos terminaron aquella batalla.

- No lo haces nada mal.

- C-Cállate.- Iba a seguir protestando, pero el punzante dolor en su abdomen la hizo flaquear. Hubiera caído sobre sus rodillas si Leone no la hubiera sostenido por la cintura-. Gracias...

- Hey, no vas a morir en tu primera misión conmigo.

- Si si... déjame descansar un poco, solo... necesito cerrar los ojos por unos momentos.

- Bien, pero no mueras.- Aquello sonó casi como una súplica, a pesar de la situación la fémina no pudo evitar soltar una risita, cerrando los ojos para aferrarse a su pecho.

- No lo haré... tranquilo, confío en que no dejarás que eso pase.

- Tsk, tonta...- Le tomó unos minutos escuchar la reproducción de Moody Blues, terminando con el trabajo que les había mandado su Capo.

Con cuidado tomó a la fémina entre sus brazos, llevándola al auto para darle los primeros auxilios y al menos parar el sangrado, la sangre no importaba en ese momento así que no dudó en usar su saco para cubrirla, manteniendo el calor sobre su cuerpo. No iba a perder a otra persona más, ella dio su vida para protegerlo, tal vez estaba equivocado al pensar que era una traidora.

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La fémina abrió los ojos con pesadez, encontrándose con Leone a su lado sentado en una silla, durmiendo en una muy incómoda posición. No pudo evitar soltar una risita ahogada, parando al sentir el punzante dolor en su estómago.

- No deberías hacer eso, apenas sobreviviste, idiota.

- Uh... si, perdón ¿obtuviste toda la información?

- Claro que si, no iba a dejar que te sacrificaras porque si.

- Ah, gracias al cielo...

- Oye, tonta... gracias por haber recibido ese ataque por mi.- La fémina se sorprendió al escucharlo, abriendo bien los ojos mientras sonreía-. No cualquiera hace eso.

- Eres mi compañero, no te iba a dejar morir ahí... no me lo agradezcas.

- ¿Quieres ir a tomar un vino después?

- Me encantaría~... aunque ahora tengo mucha hambre.

- Ten, pensé que querrías comer algo al despertar.

- Bueno, no eres tan malo como parecer, Abbacchio.

-Tsk, cállate... y apúrate, no tengo todo el día.

- Bien bien~.

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JoJo ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora