Noriaki Kakyoin

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Perdidos

- Oh~... al parecer el joven Kakyoin está enamorado~.- La voz de Joseph sacó al pelirrojo de sus pensamientos, había estado mirando a la fémina casi sin pestañear, y el haber sido descubierto hizo que se sonrojara hasta las orejas-. Tranquilo chico, tu secreto está a salvo.

- N-No es nada, no sé de qué habla, Joestar-san.

- El viejo tiene razón, siempre te la pasas viendo y suspirando por ella.- Jotaro habló como si fuera lo más fácil del mundo, haciendo que el pelirrojo enrojeciera más.

- No creí que fueras tan tímido, deberías aventurarte y decírselo.

- Y-Yo... bueno, no estoy seguro aún, además estamos viajando por una razón más importante, no debería distraerme con algo así y...

- ¡Vamos! Los dos son jovenes, deben disfrutar un poco de la vida, no les hace nada mal.

- No lo creo...

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- Bien, conseguí las últimas habitaciones de hotel que quedaban, lastimosamente solo son 3 así que tendrán que dormir en parejas. Yo dormiré con Avdol, necesitamos planear los siguientes días.

- Je, podré tener una pijamada co-

- Yo me quedaré con Polnareff, vamos.- El joven Joestar simplemente tomó del cuello al francés, arrastrándolo junto a el.

- Eso los deja a ustedes dos juntos, tengan la llave de la habitación.- Joseph miró a la pareja con una sonrisa, dándole las llaves a la fémina-. Bueno, tienen tiempo para recorrer el lugar antes de la cena, vayan.

- ¿Te parece dar una vuelta por ahí? Vi un mercado cerca, podríamos comprar algún recuerdo o algo que necesitemos.- La fémina jaló al pelirrojo del brazo, apresurándose a dejar el equipaje en la habitación.

Salieron en menos de 10 minutos, recorriendo la ciudad agarrados del brazo viendo cada uno de los puestos con curiosidad. El pelirrojo estaba más concentrado en lo que le había dicho el Joestar mayor, mirando a la chica junto a el que le enseñaba cualquier cosa que encontraba con bastante emoción.

- ¡Mira! Hace juego con tus aretes ¿No te parece lindo?.- Tomó de una mesa un collar con un pequeño dije de cerezas, preguntando de paso por el precio-. Está muy lindo...

- Le quedaría perfecto, así puede llevar algo a juego con su novio~.

- E-Eh... los dos no, uhm...

- Me lo llevo.- La fémina pagó por el collar con una sonrisa, mirando de reojo a Kakyoin para tenderle el accesorio-. ¿Me ayudas a ponerlo?

- oh, c-claro.- Con algo de nerviosismo tomó el collar, pasándolo por su cuello para abrocharlo, sonriendo apenas pues le parecía algo bastante bonito compartir algo con la persona que le gustaba-. Listo, te queda muy bien.

- Gracias~...- Siguieron caminando por los puestos, compartiendo conversaciones durante todo el camino. Los dos se llevaban bastante bien, desde el inicio del viaje a Egipto hubo una pequeña atracción, pero no fue hasta ahora que el pelirrojo se dio cuenta de los sentimientos que tenía por la fémina.

Una ola de turistas hizo que se separaran, la altura de la fémina no ayudaba mucho en estas situaciones pues hacía que se perdiera facilmente entre la gente, Kakyoin entró en pánico al ni si quiera poder verla entre tantas personas, y sin dudarlo invocó a su stand para buscarla.

-¡Kakyoin!.- La fémina estaba buscaba al chico cereza como podía, hasta que sintió que alguien apretaba su mano. Se volteó con cuidado, sonriendo levemente al ver a Hierophant Green bien aferrado a ella-. Oh... así que viniste a buscarme ¿Eh? Vamos... hay que volver con Kakyoin.

La fémina caminó por el lugar tomando la mano del Stand, entablando una pequeña conversación con el, aunque era ella hablando mientras Hierophant escuchaba, le interesaba la idea de que Kakyoin fue capaz de ver a su stand desde pequeño, así que lo veía como un compañero más que como un simple stand.

La plática se alargó más de lo que pensó, y no supo en que momento pasaron a hablar de sus sentimientos hacia el pelirrojo, jugando con las manos del stand como si fuera una persona real. Kakyoin seguí buscando a la fémina, no sabía que estaba pasando pero la calidez en sus manos hacía que su corazón latiera más rápido, se sentía bien, se sentía amado de alguna forma.

Siempre estuvo solo, Hierophant Green fue su único amigo por mucho tiempo y se sentía triste por ser el único capaz de verlo, en este viaje hizo muchos amigos, y por cosas del destino terminó enamorado de alguien capaz de ver a su Hierophant, no podía sentirme más feliz por eso.

-¡Ahí estás!.- Kakyoin al fin logró divisar a su stand, corriendo hacia el entre la gente. Su corazón se derritió al ver como la fémina se aferraba a la mano de Hierophant mientras hablaba animadamente con el, la felicidad llenando su cuerpo por ver esa escena.

- Oh, Kakyoin al fin te encontramos.- Los dos caminaron hacia el otro, sonriendo suavemente al ver al pelirrojo con un suave sonrojo en las mejillas-. ¿Me extrañaste? 

- Bueno, decir que no sería mentir.- Se encogió de hombros, intentando restarle importancia a lo que dijo-. Gracias a Dios Hierophant te encontró, así estás a salvo.

- Fue una buena compañía, hablar con el me quitó un peso de encima.

- ¿Hablaste con el?

- Si, bueno... es bueno escuchando, creo que si me entiende, y es bastante cariñoso, no me soltó desde que me encontró.

- O-Oh... bueno, entonces... creo que también debería hacerlo, así no nos separamos otra vez.- El joven estudiante le extendió la mano con una sonrisa, la fémina no dudó ni un momento y la tomó, entrelanzando sus dedos sin pensarlo demasiado.

- Deberíamos salir así más seguido, Kakyoin.

- Me gusta la idea.

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JoJo ThingsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora