JoJo Things

Bruno Bucchiarati

- ¿Todo bien, cara?.- Una taza de café caliente fue servido frente a ella, robándole una pequeña sonrisa por el tono amable de su Capo. Realmente era una persona maravillosa, amable y muy atento, Bucchiarati definitivamente era un ángel-. ¿No dormiste bien?

- Algo así... aún no entiendo como es que puedes verte tan bien sin descansar lo suficiente, Bruno.

- Muchos años de práctica.- Dejó el desayuno frente a ella, acariciando su cabello con una sonrisa.

-Ah, te amo~.- La fémina soltó una suave risita, empezando a comer su desayuno. Al poco rato Giorno se le unió, sentándose junto a ella con su plato en mano-. Buenas, GioGio~.

- Buenos días.- Dejó un beso sobre la mejilla de la chica, entregándole una rosa hecha por Golden Experience mientras sonreía, definitivamente era todo un caballero-. Quería pedirte ayuda para cuidar el jardín, ya sabes, aprovechar la mañana para algo bueno.

- ¡Me encantaría! Sabes que me gusta ser de ayuda para ti, terminamos de desayunar y lo hacemos ¿ya?

- Perfecto.

Los tres mafiosos mantuvieron una amena conversación durante su desayuno, Giorno y Bruno eran bastante calmados, la fémina disfrutaba bastante pasar las mañanas con ellos pues la preparaban para el agitado día que le esperaba. Cuando terminó el desayuno siguió al rubio al pequeño jardín que cuidaban, Bruno los observaba desde una silla leyendo unos informes, pues la fémina lo obligaba a tomar el sol de vez en cuando, sobre todo cuando tenían días tranquilos y sin misiones pues el Capo se encerraba todo el día trabajando.

- ¿No quieres tomar un descanso, Bruno? Es necesario estirarse de vez en cuando ¿por qué no vienes a regar las plantas con nosotros?

- Es una buena idea, cara.- Dejó los papeles a un lado, levantándose de la silla mientras estiraba los brazos, esa mañana no llevaba su traje blanco de siempre, sino un conjunto veraniego con su típico estampado de cierres bastante cómodo, así que ensuciarse un poco no sería un problema-. ¿Qué debo hacer?

- Ven, ayúdame con esto.- Le pasó una regadera, tomando su mano para llevarlo al otro lado del jardín con una sonrisa en el rostro. El Capo simplemente se dejó hacer, bastante feliz por aquel simple contacto-. Estas son mis favoritas, Giorno las deja para mi~... pero creo que también podrías hacerte cargo de ellas cada vez que necesites un descanso.

- Son bellísimas, haces un muy buen trabajo cuidándolas.- Se dejó llevar por la fémina, llegando a un lugar más apartado donde estaban aquellas flores-. Me alegra que confíes en mi para esto.

- Eres el más indicado~... te daría mi vida sin problema, el que te hagas cargo de mis plantas no creo que sea difícil.- Soltó una risita con las mejillas apenas sonrojadas, desviando la mirada al pequeño jardín-. C-Creo que hablé de más~.

- Me gusta saber lo que piensas, y si es así... pues las cuidaré lo mejor que pueda, cara.- Le regaló la más dulce sonrisa que pudo haber visto en el mundo, Bruno Bucchiarati pocas veces mostraba esa faceta sincera de el, su puesto como Capo lo había hecho mantener una reputación de temer, claro que el pueblo lo amaba, pero siempre intentaba verse formal y hasta apático en ciertos momentos. Pero con ella era diferente, si, era su subordinada pero llevaban tanto tiempo conociéndose que prácticamente se dejaba ver como realmente era, sin temor a ser juzgado y siendo recibido con todo el cariño del mundo-. ¿Puedo besarte, cara?

- B-Bruno... esa es una proposición bastante indiscreta ¿no crees?

- Giorno está muy ocupado... No nos verá.

- Llegas a ser muy sinvergüenza a veces.- Se acercó a el con un leve sonrojo en las mejillas, dejando que el Capo la tome de la cintura para plantar un suave beso entre sus labios, apenas un suave roce entre estos-. ¿Suficiente?