Diego Brando

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AU: Good end, todos se unen para acabar con Valentine

- Tsk...- Diego prácticamente escupió aquella expresión al ver como Gyro ganaba, parando justo tras el-. Solo por esta vez...

- Diego, ya hablamos de esto.- La fémina terminó la carrera casi tras el, llegando a su lado en poco tiempo-. Es por algo bueno, no pongas esa cara... más importante que ganar esta carrera, sobrevivimos.

- Tienes razón... aunque si el idiota de Zeppeli se burla no me contendré.- Los dos bajaron de sus caballos, finalmente abrazándose con fuerza. Diego envolvió a su pareja entre sus brazos, pegándola a su pecho como si fuera la primera vez que se vieran en mucho tiempo-. Estamos bien... estás a salvo, cariño.

- Fue horrible, Diego... gracias al cielo estás vivo.- La fémina correspondió aquel gesto,aspirando el aroma característico de su novio, sin separarse ni un centímetro-. Tuve tanto miedo de que te pasara algo, cuando te vi caer del tren sentí que te había perdido, debo agradecerle a Hot Pants por eso... y a Gyro también, ni hablar de Johnny.

- No le debes nada a nadie, cariño, peor a esos idiotas.

- Esos idiotas nos ayudaron a llegar aquí, y... les diste tu puesto para salvar a ese niño, me siento muy orgullosa de ti.- Tomó al rubio del rostro, acariciando sus mejillas con la mirada llena de cariño-. Estamos a salvo, derrotaron a Valentine... 

- Derrotamos a Valentine, cariño.- No dudó en agacharse para tomar sus labios, el beso que tanto habían anhelado por fin se dio, los dos perdiéndose en los labios del otro con cariño. Todo el miedo que habían sentido, toda la adrenalina, todos los malos momentos se fueron en cuanto unieron sus labios, demostrándose cuanto se habían extrañado y preocupado durante aquel ultimo tramo de la carrera.

- Vayamos a casa... tómate un descanso, te lo mereces ¿si? Podemos ir a nuestro hogar ahora, debes recuperarte de todo lo que pasó.

- Estaré perfecto mientras esté a tu lado.

- Tan cursi como siempre.- Los dos soltaron una risa, volviendo a unirse en un beso, esta vez más calmado, suave, simplemente para reforzar lo anterior-. Vamos.

-¡Hey, Diego!

- Ugh, ese imbécil ¿crees poder cargarme si finjo que me desmayo?

- No seas un idiota, Diego.- La fémina simplemente rió, pasando su brazo por la cintura del rubio para ayudarlo a sostenerse-. Muchas gracias por todo lo que hicieron en la carrera, Gyro, Johnny.

- No nos agradezcas, sin su ayuda hubiera sido imposible matar a ese idiota.- El italiano posó su mano en el hombro de la chica con una sonrisa, quitándola de inmediato al escuchar el gruñido que escapó de los labios de Diego-. Bien, bien, sin tocarla, entiendo.

- Tranquilo, no muerde.

- Si lo hago, así que manos fuera.

- Bien... solo queríamos agradecerles, y hacerte saber que si en algún momento te metes en problemas y necesitas ayuda pues, estaremos ahí para ti.- Johnny habló con bastante naturalidad, mirándola a los ojos-. Gracias por toda tu ayuda.

- No debes agradecer nada, Johnny... y nos mantendremos en contacto, no te preocupes.- Le regaló una sonrisa sincera, haciendo que el rubio desvíe la mirada con algo de vergüenza-. Tu también, Gyro... espero que tengas un buen viaje.

- Gracias, señorita~.

- Wryy...

- Diego compórtate.- El rubio solo chasqueó la lengua, desviando la mirada con el ceño fruncido-. Bien, muchas gracias por todo nuevamente... debo llevar a este tonto a que curen sus heridas, nos vemos.

- Cuida a tu chica, Diego~.- La sonrisa dorada del italiano solo hizo que Diego enfureciera más, siendo detenido por su novia-. Nyohoho~.

- Ya~... tranquilo, si sigues gruñendo te voy a golpear con un periódico.

- Pero tu eres mi novia ¡Mi novia! Y ese imbécil me está provocando, déjame golpearlo.

- No dejaré que pase eso, rindete.- Caminó junto a el hacia una de las ambulancias que estaban esperando a los competidores, ayudándolo a subirse a una de las camillas para después sentarse junto a el-. Ahora si, al fin podremos descansar...

- Hey, te amo... gracias por soportar todo esto a mi lado, eres la mejor.

- Lo sé, lo soy.- Soltó una risita, acercándose para besar su mejilla con dulzura, el brazo del rubio posicionándose de inmediato al rededor de su cintura-. Y también te amo, Diego.

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