•Parte 1•
Esta cantidad de energía no era lo que Joseph esperaba tan temprano por la mañana. O, lo que realmente podría manejar, tan temprano en la mañana.
Fue un poco extraño cómo te había visto desde el otro lado de la calle; la cafetería ya estaba bastante llena, sin embargo, habías destacado.
Los viajeros de la mañana están desesperados por conseguir su primera dosis de cafeína antes de entrar en las oficinas. Era como si estuvieras iluminada por un foco que se movía contigo y te seguía.
No, espera. Joe se equivocó. No había un centro de atención, tú eras el centro de atención. Era como si hubieran rayos de brillo saliendo de tu piel, de tus ojos y de tu sonrisa. Joe lo había notado desde el otro lado de la calle, y lo había atraído como si asumiera que atraerías a cualquier tipo.
-Buenos días. -Dijiste, como si fuera un viernes por la noche, y saliera el sol, y todos estaban felices porque acababan de salir del trabajo y sabían que no tendrían que despertarse con una alarme el día siguiente.
Excepto que era lunes por la mañana, a las ocho y media, y el clima era sombrío.
Gris, frío. Muy mojado.
Joe se coloco en la fila y dejó que sus ojos escanearan el menú a pesar de que sabía que elegiría la opción más aburrida, aunque la mejor, en su opinión.
Le pediste a la gente su orden, hablaste con ellos como si conocieras a cada uno de ellos personalmente, recomendaste sabores, preguntaste sus nombres como lo hacían en otras cafeterías y les mostrabas una gran y dulce sonrisa.
Hasta que le toca a Joe. Le dijiste a la última persona que su bebida estaría lista y que podía tomarla al final del mostrador, luego te diste la vuelta e hiciste contacto visual con Joe.
Joe, que llevaba un gorro, bellamente tejido. Mojado, por la lluvia, al igual que su abrigo gris que tenía algunas manchas oscuras en todos los hombros por gotas de agua que se habían acumulado en las hojas de los árboles y las farolas.
Era Joseph Quinn, a quien inmediatamente reconociste como la celebridad que era. En tú pequeña cafetería. Un lunes por la mañana al azar.
Era Joseph Quinn.
Joe te vio respirar un poco. Vio como mordiste tus labios con algo de nerviosismo. Notó tus grandes ojos, mirándolo directamente. Joe lo vio todo, y realmente deseabas que no lo hubiera hecho.
Solo quería tomar un café como todos los demás. Arrugaste un poco los ojos, algo que Joe notó que hacías con cada persona que estuvo antes de él. Tus labios formaron una linda sonrisa, con tus hoyuelos en plena exhibición para que cualquiera los viera.
-Hola, ¿qué te puedo ofrecer? -Dijiste feliz y optimista. Como si no tuvieras preocupaciones. Sin ansiedad, sin mala voluntad, sin oscuridad. Solo luz. Sol puro.
-Un americano grande, por favor. -Dijo Joe, de repente se sintió algo inquieto y nervioso. Y, solo entonces Joe decidió quitarse el gorro y buscar su billetera en el bolsillo.
-¿Estás seguro?
Joe se detuvo.
¿Qué? Esa fue una pregunta extraña. ¿Cuándo alguien le había preguntado si estaba seguro de lo que acababa de pedir era realmente lo que quería pedir? Nunca. Era un lunes por la mañana, y apenas estaba despierto, y está era definitivamente una pregunta extraña.
-Um, ¿sí?
Pero ahora le hacían preguntas más extrañas a Joe a diario, así que simplemente lo acepto, pero se encogió de hombros. Se encogió dentro de sí, donde estaba oscuro y solo él podía sentirlo, porque mostrar cómo se encogía ante la gente sería algo incómodo y eso era lo último que quería. Las personas harían cualquier cosa para mantenerlo dentro de una conversación durante más tiempo. Le piden una foto, le decían que lo amaban, algunas veces le decían que tenía unos ojos hermosos y luego hacían algunas preguntas extrañas para mantenerlo ahí durante mucho más tiempo.
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One Shots | Joseph Quinn/Eddie Munson
FanfictionOne Shots de Joseph Quinn/ Eddie Munson.