El espacio a tú lado se sentía extrañamente frío.
Esperas sentir el cálido cuerpo de él, y sus brazos reconfortantes envueltos a tú alrededor. Pero no está, en su lugar, tu mano acaricia la parte arrugada de la manta que compartían.
Las sábanas frías te despiertan. Te sientas, frotándote los ojos llenos de sueño y alcanzas ciegamente la lámpara. Inmediatamente, el resplandor de la bombilla ilumina la habitación de Eddie, iluminado varios de los pósters de bandas de metal de las que solo conoces la mitad.
Con los pies cubiertos con calcetines, sales de la cama, abrazándote a ti misma. Y a medida que el sueño desaparece de ti, te das cuenta de que Eddie no está ahí, ni a tu lado. No está en la habitación, ni en el baño, donde acabas de revisar.
-¿Eddie? -Lo llamas con cautela.
Te das cuenta de una taza solitaria sobre la mesa, parcialmente llena de un café que ya estaba frío. Lo tomas y lo colocas suavemente sobre el fregadero antes de salir a la pequeña sala de estar.
Ves algunas almohadas desordenas, ya no estaban en el lugar que las habías colocado más temprano ese día. Hay un cigarrillo nuevo en el cenicero, y con luz de la luna atravesando las persianas, ves salir un humo débil.
-¿Eddie? -Lo vuelves a llamar.
La falta de respuesta provoca que tú corazón se acelere, ¿donde podría estar? ¿Le sucedió algo? ¿Se fue sin decir nada?
Escuchas un suave zumbido de una melodía fuera del trailer, venía desde la parte de atrás. Te diriges hacía ahí, abriendo suavemente la puerta y saliendo de la pequeña casa.
Eddie estaba sentado sobre una vieja caja de cerveza, con la guitarra sobre su regazo, acariciándola con sus dedos vendados. Aunque ya hayan pasando dos semanas, echas de menos ver sus anillos sobre sus dedos. Cruzas los brazos y caminas hacía tú novio.
Cuando ve tus calcetines, se detiene, mirándote con una pequeña sonrisa.
-Cariño, hola. -Murmura él. -¿Te desperté?
Tomas asiento en el suelo frente a él.
-No. -Sacudes la cabeza, apoyando tú barbilla sobre su muslo que está cubierto por una pijama. -Solo desperté.
-¿Te preocupaste?
-No. -Mientes. -No quería preocuparme. Sé que odias que me preocupe.
-Está bien. -Su voz suena cansada, pero aún así, aquí está. -Es culpa mía, lo siento.
-No lo sientas. -Suspiras. -Te despertó de nuevo, ¿cierto? Las pesadillas.
Él aparta la mirada de ti, sentía vergüenza.
-¿La misma? -Preguntas.
-Sí. -Suspira, ríe tristemente, y sabes que lo hace para cubrir su dolor. -Siempre es la misma. La misma todas las putas noches, pero no puedo solo sacarlo de mi mente.
-Habías dicho que se detuvo. -Tus palabras son cualquier cosa menos un rasguño, pero no puedes ocultar la molestia. -Cariño, ¿por qué no me los dijiste?
-No quería preocuparte. -Lágrimas acechan con salir. -No... no quiero ser una carga para ti.
-Eddie, siempre me voy a preocupar por ti. -Te colocas de rodillas, y pones tus manos en sus mejillas, sosteniendo su cara, dejas que tus dedos acaricien sus mejillas. -No eres una carga.
-Te mantengo despierta hasta tarde. -Susurra Eddie. -Sé que esperas a que me duerma. Y yo finjo dormir para que duermas. No deberías estar desvelándote por mi culpa.
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One Shots | Joseph Quinn/Eddie Munson
FanfictionOne Shots de Joseph Quinn/ Eddie Munson.