Somos una vez en la vida|Eddie Munson

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Antes de empezar, son varias partes, aún no sé cuántas. Este es un proyecto que había dejado olvidado y decidí retomarlo para ya poder finalizarlo; la trama es un poco lenta pero espero que les guste y lo disfruten como yo disfruto escribiendo.
Gracias por leer y por el apoyo y recuerden, amo leer sus comentarios, me hacen reír mucho así como otros me hacen llorar jaja
Bye<3



-¡Mierda! -Gritó Robin al notar que su despertador no había sonado. -Mierda y más mierda. -Repitió mientras daba vuelta sobre la cama, aplastando brevemente a su acompañante.

-¡Oye, Robs! Ten cuidado. -Se quejó Vicky con ojos somnolientos.

-¡Lo siento! ¡Lo siento! -Repitió varias cuando colocó sus pies sobre el suelo. -¡Es tarde!

Robin salió corriendo de su habitación llegando hasta el otro extremo del departamento, llevó su puño hacia la puerta blanca que estaba frente a ella, tocando con desesperación.

-¡Despierta __! ¡Es tarde! -Gritó aún golpeando reiteradas veces la puerta. Dicho esto, se retiró y corrió hacia el baño para tomar una ducha en menos de cinco minutos, si eso era posible.

-¿Qué? -Abriste los ojos y miraste hacia todo lado. Dándote cuenta de que estabas en tu habitación, que Robin gritaba como loca por todo el departamento y que sí, ya era algo tarde. Aunque la mayoría de las mañanas eran así. Además, había sido mala idea beber cerveza la noche anterior junto a Robin y Vicky.

Saltaste de la cama y corriste hacía el baño, donde Robin seguía tomando una ducha. Frunciste el ceño y empezaste a golpear la puerta, en un intento de que se apresurara.

-¡Apresurare Robin! -Gritaste del otro lado.

-¡Cinco minutos! ¡Llevo aproximadamente dos minutos aquí dentro!

-¡Estoy contando cada segundo!

-Buenos días ___. -Vicky paso por tu lado mientras rascaba uno de sus ojos, intentado eliminar el cansancio.

-Hola Vicky. -Saludaste mientras te cruzabas de brazos y te apoyabas sobre la puerta del baño. -¡Tres minutos con treinta y cinco segundos! -Gritaste eso último a Robin.

-¿Panqueques o huevos revueltos? -Preguntó Vicky.

-Panqueques. -Respondiste. -Eres un sol. -Añadiste mirando con ternura a Vicky.

-¿Tú, Robs? -Vicky alzó la voz para que lograra escucharla.

La puerta se abrió de repente, dejando ver a Robin recién duchada, con una toalla alrededor de su cuerpo y su cabello goteando mientras intentaba secarlo con otra toalla. Haciéndote tropezar al mismo tiempo, ya que segundos antes te habías apoyado sobre la puerta. La miraste mal.

-Yo huevos. -Robin le guiñó un ojo a Vicky. -Cuatro minutos, nuevo récord. -Te miró, antes de seguir su camino hacia su habitación.

Entrecerraste los ojos y te adentraste el baño para tomar tu ducha de cinco minutos.

Luego de por fin estar lista, corriste hacia la cocina del departamento, donde Vicky se encontraba desayunando. Amabas que Vicky se quedara a dormir, siempre que lo hacía, había desayuno por las mañanas.

Tomaste asiento y le diste un sorbo de café a la taza que te había preparado tú amiga, saboreando lentamente mientras gemías levemente y cerrabas los ojos durante unos segundos.

-Ay Vicky, deja a Robin y cásate conmigo. -Dijiste para luego devorar cada bocado de los panqueques.

-Oye, te escuché. -Robin apareció ya preparada, tomando asiento también y así poder disfrutar de su desayuno preparado por su novia. -Ella es solo mía.

One Shots | Joseph Quinn/Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora