Esa mañana había amanecido lloviendo, provocando que Eddie se quedara unos minutos de más en la cama, ignorando el despertador.
Se sorprendió un poco cuando te encontró esperándolo apoyada a un lado de las puertas de la entrada de la secundaria, él te reconocería aunque estuvieras a una milla de distancia.
Sonreíste ampliamente al verlo caminando con rapidez debajo de la lluvia, que ahora había cesado un poco.
Él no sabía que hacer ahora mismo, sintió su corazón latir con rapidez una vez que empezaste acercarte a él con los brazos abiertos, invitándolo a un cálido abrazo, lo que era una invitación tentadora pero peligrosa para él, tenerte tan cerca, lo que siempre provocaba que su piel ardiera o eso sentía él.
-Oye _____... -Pero fue interrumpido por ti, y por tú abrazo, amabas abrazar a Eddie.
Tus manos desaparecieron en su cabello mientras los brazos de él rodearon tú cintura, con bastante cuidado, como si fuera a romperte con el mínimo toque.
El abrazo terminó rápidamente, alejándote de él, Eddie parecía un poco relajado por eso, en parte porque había dejado de respirar en el momento que habías estado a menos de un metro de distancia de él, seguidamente frunció el ceño un poco esperando un pequeño golpe de tú parte por haber llegado tarde esa mañana, pero nunca llegó, lo que de verdad lo confundió un poco, no solías ser tan tierna.
-¿Donde estabas? -Preguntaste. -Llevo esperando 20 minutos aquí, vamos a llegar tarde a clase. -Lo miraste atenta.
Eddie sintió sus ojos arder un poco, sentía que en cualquier momento derramaría alguna lágrima, así que trago casi desesperadamente, en un intento de disimular aquello.
Siempre había pensado que eras demasiado buena para él.
-Lo siento, me quede dormido. -Respondió por fin.
Hiciste una mueca divertida mirándolo, mientras ambos se dirigían por fin a su primer clase.
-Oh vamos cariño, está mañana está perfecta para echarse a dormir ¿No crees?
-Pues yo si me desperté temprano. Pero bueno, te perdono por hacerme esperar. -Lo miraste divertida mientras él te miró con ternura.
•••
Eddie llevaba tiempo de tener sentimientos hacía ti, y hace alrededor de dos semanas había decidido decírtelo, aunque hasta el momento solo había tenido algunas acciones diferentes hacía ti, fue entonces cuando apenas se había separado de tú lado, siempre que podía llevaba tú mochila, aún si no estuviera pesada, siempre te llevaba a casa, estuviera lloviendo o no, se sentaba a tu lado en cada clase, empezó a llegar temprano para lograr esto, y te hacía reír cada vez que estabas aburrida o si tenías un mal día.
Eddie empezó a dejar pequeñas notas en tú casillero, aunque siempre las dejaba a tus espaldas, a veces en las notas escribía algo y otras veces solamente hacía un dibujo de algo que se le ocurriera y en algunas ocasiones cuando se sentía valiente se atrevía a tomar tu mano cuando caminaban por los pasillos de la escuela.
Aunque había decidido decirte lo que sentía, no había tenido el coraje de hacerlo, realmente no sabía que palabras escoger para expresar lo que sentía por ti, así que esperaba que sus acciones hablaran por él.
Hoy por la tarde, después de clases, Eddie arrastraba los pies por los pasillos ya vacíos de la escuela, tenía un ceño fruncido en la cara mientras hacía muecas, como si fuera un niño pequeño, se dirigía al salón de castigos.
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One Shots | Joseph Quinn/Eddie Munson
أدب الهواةOne Shots de Joseph Quinn/ Eddie Munson.