One Shots | Joseph Quinn/Eddie Munson

"Estas bien"|Eddie Munson

Eddie nunca había tenido ninguna preocupación cuando se trataba de ti, tú eras su todo, su sol, sus estrellas, alguien a quien podía abrazar sin cansarse, alguien a quien amar.

Y tampoco había tenido ningún problema cuando decidiste empezar a trabajar para poder pagarte tus cosas, ya que en tú hogar solo eran tú madre y tú, y la pobre mujer a veces necesitaba que le echaran una mano, así que empezaste a trabajar al lado de Steve Harrington y Robin Buckley en la tienda de videos.

A pesar de confiar plenamente en ti, él intentaba algunas veces evitar a Steve, siempre había tenido alguna clase de celos cuando se trataba de Steve, su belleza y encanto casi sin esfuerzo, siempre habían sido un punto doloroso para Eddie, después de todo a él solo lo tachaban de "friki".

Hoy era un día de esos donde cubrías a Robin en la tienda, por lo que te tocó pasar todo el día ahí junto a Steve, por lo cual no podrías ver a Eddie hasta que salieras ya tarde de tú turno, por otro lado Eddie para matar el tiempo había salido un momento con su amigo Rick, ya que su camioneta tenía un ruido extraño, así que decidió llevarla a que la revisaran un momento.

Mientras se encontraba ahí charlando con Rick, mientras revisaban la camioneta, logró escuchar a algunos chicos de la escuela que se encontraban ahí hablando, sin darse cuenta que él se encontraba ahí.

-¿Y es cierto? -Dijo uno de ellos.

-¿Qué ______ y Harrington tienen algo? -Dijo con obviedad el otro chico. -Claro que sí, vamos solo míralos cuando vas a esa tienda, se siente la tensión. -Rió con burla.

-Bueno, al fin y al cabo es Harrington contra ese chico friki. -Rió otro chico.

-He llegado a escuchar que tienen sexo durante sus descansos en la parte trasera de la tienda.

-¿Eddie? -Rick miró a su amigo mientras chasqueaba los dedos en su cara.

Eddie por fin puso su atención en Rick, mirándolo con el ceño fruncido, pero aún pensando en lo que había estado escuchando.

Algo difícil de ignorar, tenía una sensación extraña de duda y dolor que se albergaban en su estómago, su aliento quedó atrapado en su garganta mientras sentía su corazón hundirse.

-Oye amigo, estás pálido. -Rick lo miró preocupado.

Eddie no contestó, en su lugar, se imaginó tu rostro, tú sonrisa, tus mejillas rosadas y tus pestañas aleteando en dirección a Steve, mientras él se acercaba a ti para reunirse en un beso, algo que lo enfureció de repente.

No podía creer que no lo hubiera visto antes, no podía evitar que su mente vagara en esos pensamientos, solo provocando que esa extraña sensación creciera más y más.

Imaginó a Steve, que te sostendría la barbilla bruscamente para buscar tus labios, o que te presionaría contra la pared de la tienda de videos mientras tus gemidos resuenan en una tarde de lluvia, en la tienda vacía mientras él solo se encontraba en su casa esperándote.

Eddie ya no podía esperar más, no podía soportarlo, no quería escuchar más a esos chicos hablando sobre ti y Steve.

-Debo irme. -Se limitó a decirle a su amigo mientras iba hacía su camioneta.

-¿Eddie? ¿Qué ocurre? -Preguntó Rick, pero no obtuvo respuesta alguna.

Eddie nunca fue considerado un conductor "seguro", pero ahora que se encontraba molesto, era más bien imprudente, sus nudillos eran blancos por la forma en que agarraba el volante con enojo; intentaba borrar todas y cada una de las imágenes que se habían imaginado anteriormente poniendo algo de música algo fuerte, aunque era imposible.