De vuelta a Londres|Joseph Quinn

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Parte 4•

-Oh. -Fue lo único que salió de la boca de tú madre.

Le habías mencionado que habías invitado a un "amigo" para la cena de esa noche. Ambas estaban en la cocina, ocupadas con las últimas cosas de la lista de tareas pendientes, antes de prepararse para la noche.

-¿Es alguien con quien sales? -Preguntó la mujer mientras mezclaba algo.

-No. -Respondiste. -Hemos salido en un par de citas, pero no es nada serio.

Fue una cita incómoda y sin éxito. Una fecha que pensaste en olvidar por el resto de tú vida.

Tú madre se preguntaba internamente el por qué su hija invitaba a alguien con quien no estaba saliendo, pero con quien tampoco parecía ser solo una amiga, pero evito preguntar. En cambió la mujer solo dio un sonido afirmativo.

Pero incluso si te amenazaran con un palo, no serías capaz de dar una respuesta válida y razonable al por qué hiciste eso, ¿Por qué invitar a una cita fallida de Tinder a una cena familiar? Fue una de las decisiones estúpidas que tomabas sin llegar a pensarlo un minuto.

En un momento solo te reíste en medio de tú departamento con tan solo la idea, pero al siguiente segundo habías tomado tú teléfono para llamarlo, con una botella de vino medio acabado en tú otra mano.

Axel o el Señor Tinder, como lo nombraste en tus contactos hasta esa misma mañana, estaba más que atónito cuando respondió la llamada, ni siquiera ocultando la sorpresa de que te habías puesto en contacto con él después de ser casi un fantasma durante un poco más de un mes.

Intentaste dar una excusa sobre que lo llamaba porque estaba algo sola y necesitabas algo de interacción social con otro ser humano que no fuera tú madre, pero después de reunirte con él un jueves, te diste cuenta rápidamente de por qué su anterior cita había resultado tan mal.

Sin embargo, eso no te impidió pedirle ayuda con una cosa de la que estabas segura, te ibas arrepentir, tarde o temprano.

-Así que, tal y como yo lo veo... -Axel había comenzado a hablar, colocando un cigarrillo entre sus labios mientras te miraba. -¿Me quieres ahí para poner celoso a ese tipo?

Al escuchar esas palabras casi habías escupido el trago de café.

-No, no, no... -Negaste reiteradas veces suspirando poco después, tratando de dejar de toser hasta la muerte por culpa del café, provocando que "tu cita" sonriera. -Eso solo estaría bien si tuviera sentimientos por él, lo cual no es así ¿De acuerdo? -Aclaraste con rapidez, tropezando con tus propias palabras, fue una prueba suficiente para saber que le estabas mintiendo a Axel y a ti misma. -Solo quiero enfadarlo.

-Ya veo... -Respondió Axel reflexionando, luego de botar el humo, para luego apoyarse sobre la barandilla del camino que estaba a un costado de ustedes. -Pareces ser lo suficientemente caótica para enfadarlo por tu propia cuenta, así que ¿Por qué te molestas en invitarme? -Él sonrió.

Tú lo miraste un poco confundida y molesta por su franqueza.

-Escucha. -Pasaste uno de tus dedos sobre la cubierta de plástico de tú vaso de café. -Sé que no somos amigos ni nada, y tampoco puedo decir que nos divertimos en nuestra cita, pero lo de Jo... lo de esa persona, se remonta mucho antes de que me mudara a Italia, y su actitud sobre algo que sucedió hace algunos días realmente me molestó. Así que, si puedes y quieres ayudarme, sería genial, y si no, solo olvídalo y sigamos con nuestras vidas.

Axel se había quedado callado por un momento, fumando tranquilamente su cigarro. Diste un paso hacia atrás, fingiendo ser indiferente sobre si su respuesta iba a ser positiva o negativa, pero a juzgar por la forma en que estabas jugando con los botones de tú abrigo, estabas fallando en lo de mantenerte tranquila.

One Shots | Joseph Quinn/Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora