De vuelta a Londres|Joseph Quinn

652 74 7
                                    

Parte 5•

La noche era fría, y a pesar del abrigo largo y la bufanda que llevabas puesta, cada ráfaga de viento se sentía más fría que la anterior, provocando que tus mejillas tomaran un color rojo, y haciéndote temblar.

Levantaste la bufanda para que estuviera más cerca de la barbilla, metiste las manos dentro de los bolsillos del abrigo, donde apretaste los puños en un intento de mantener el calor.

Junto a ti, estaba Joe, en silencio. Y mientras lo mirabas suspirar no pudiste evitar preguntarte en qué podía estar pensando ¿Estaba ansioso? ¿Pensaba demasiado? ¿Estaba pensando en ti?

Te permitiste echarle un vistazo, tratando de averiguar en cómo terminaste dando un paseo con Joe, en las calles y caminos familiares de la niñez.

Estabas consciente que, de alguna manera u otra, sus vidas siempre estarían conectadas, pero nunca pensaste que volverías a estar sola con el hombre que te había robado el corazón, y te negabas rotundamente a entregarle la única pieza que quedaba de él.

-Es grosero mirar fijamente a las personas. -Habló Joe de repente, con una de sus típicas sonrisas. Rompiendo el silencio que había entre ustedes dos.

Aclaraste tu garganta con nerviosismo, desviando la mirada con rapidez hacía un pequeño patio de juegos al que se dirigían.

-No estaba haciendo tal cosa. -Aclaraste, nerviosa de que se hubiera dado cuenta que lo mirabas. -No te creas tan importante, Quinn. -Bromeaste.

El viejo columpio chilló cuando te sentaste sobre la fría madera, Joe se bajó de la plataforma del pequeño carrusel que ya había visto sus mejores días.

Sin decir nada sacó un paquete de cigarros del bolsillo de su chaqueta, sacando uno, pero sin encenderlo aún, más bien lo observó un momento entre sus dedos, como si estuviera pensando en algo.

Como antes, te dejaste llevar y dejaste que tu mirada se quedara en el hombre de cabello rizado, abrazando esos pequeños segundos que echarías de menos luego; una pequeña sonrisa se asomó sobre tus labios, sintiendo que tú corazón se oprimía en tu pecho.

Joe había tomado asiento frente a ti, pero no era el mismo Joe de tu infancia, era Joseph Quinn. Ya no era mismo chico pálido con un extraño sentido del humor, en su lugar había un hombre adulto que tenía ambiciones, conducía y parecía estar viviendo su sueño, haciendo lo que más le gustaba hacer.

Sin embargo, mientras lo observabas aun contemplando el cigarro en silencio, perdido en sus pensamientos, notaste que debajo de toda esa ropa de diseñador, aún estaba el Joe que recordabas; tú Joe.

-¿Por qué sonríes? -Preguntó Joe, tomando por fin su encendedor con un movimiento de su mano, su sonrisa estaba presente en su cara.

Rápidamente sacudiste la cabeza, sintiendo el calor a través de tus mejillas. Por un segundo Joe mantuvo sus ojos sobre ti, analizando tú expresión facial, mientras colocaba el cigarro entre sus labios.

-¿Nunca empezaste a fumar? -Preguntó él, el encendedor iluminó brevemente su rostro durante un segundo. -¿Ni siquiera en Italia?

-No, nunca. -Suspiraste negando ligeramente con la cabeza. -Y creo que soy demasiado mayor para empezar.

Joe asintió con la cabeza, abriendo la boca para decir algo, pero decidió no hacerlo, mirando la hierba del suelo, mientras descansaba sus brazos sobre sus rodillas.

Entendiste su silencio, también querías decir algo, cualquier cosa que hiciera el momento menos incómodo y la comunicación entre ustedes dos menos tensa, pero fallaste.

One Shots | Joseph Quinn/Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora