Eddie Munson no era un hombre violento, pero su teléfono estaba sonando a primera hora de la mañana.
De acuerdo, estaba más cerca del medio día, pero igual estaba sonando. Su cabeza golpeó en una resaca particularmente desagradable. El espectáculo de anoche había sido un éxito. La multitud más grande a la que se han presentado, e incluso se las arreglaron para para vender algo de mercancía.
Solo habían unas pocas personas que se atrevían a llamar a Eddie tan temprano después de un concierto.
Él tomó el teléfono gruñendo.
-Munson, te necesito.
Steve Harrington.
-No puedo decir que me sorprende. -Dijo Eddie en un suspiro mientras frotaba sus ojos. -Sabía que este día se acercaba. ¿Cómo se siente tu esposa al respecto?
Steve suspiró.
-Déjate de tonterías. Ginger tiene una excursión mañana, y necesita a un acompañante extra.
Eddie gimió suavemente. Amaba a su sobrina no oficial. Realmente lo hacía. La mocosa estaba bastante loca para ser solo una niña de siete años. Le gustaban los dragones y la música rock. Pero el lunes era uno de sus pocos días libres. No había algo que quisiera menos que gastar su único día libre con un grupo completo de niños con mocos. Excluyendo a su linda sobrina, claro.
-¿No puede hacerlo Robin? -Preguntó, ya conociendo la respuesta de Steve.
Si Steve lo estaba llamando era porque realmente estaba desesperado.
-No después del incidente del zoológico. -Le recordó Steve.
Eddie se rió. Se había olvidado de ese incidente. Dejar que Robin liderará una revuelta de estudiantes de primer año que exigen que los animales del zoológico sean liberados, había sido una mala idea. Los administradores no estuvieron nada contentos y Robin fue expulsada de todas las futuras excursiones.
-Vamos Munson. Estoy desesperado. Si no consigue otro acompañante, no podrá ir y Ginger ha estado esperando esto durante meses. Lo haría si pudiera, pero tengo una gran reunión mañana.
-No lo sé. -Dijo Eddie entre suspiros.
-Te debo una. Lo que quieras.
-Bueno, cuando lo pones así... -Sonrió Eddie ampliamente. -¡Dile a Dustin Junior que el tío Eddie estará allí!
-Por última vez, su nombre no es Dustin Junior, es...
Eddie colgó el teléfono antes de que Steve terminara la frase.
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-¡TÍO EDDIE! -Ginger gritó mientras corría por las escaleras.
Eddie dejó caer la bolsa que traía, justo a tiempo para atrapar al paquete de risas que se estrelló contra sus brazos.
-¡Ginger! No saltes así. -Gritó Steve.
Eddie solo rió y abrazo fuerte a su sobrina.
-¡Ahí está mi monstruo favorito!
Ella rió mientras Eddie la balanceaba. Steve no pudo evitar voltear los ojos ante la escena.
-¡Tío Eddie! ¡Mira, mira, mira! -Ella se movió de sus brazos y se alejó de él para mostrarle su camisa, la que había elegido ella sola.
-¿Guns n' Roses? -Jadeo Eddie, con tono de voz dramático para llamar la atención de la niña. -¡Debiste habérmelo dicho! Podríamos haber ido a juego.
Steve tomó su pequeña chaqueta y Ginger deslizó obedientemente sus brazos a través de los agujeros, dejando que su padre terminara de vestirla.
-Algunas reglas básicas, Munson. -Dijo Steve, tratando de mantener una voz seria mientras se arrodillaba para atar los cordones de los zapatos de su hija. -Sin música a todo volumen, sin conducir rápido y sin corromper a los niños. Lo digo en serio.