Amor perdido|Joseph Quinn

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Cuando lo viste por primera vez tú corazón casi se detuvo.

No sabías quien era; nadie conocía a nadie más aquí. Era solo orientación, y la sala estaba llena de jóvenes músicos y actores esperanzados que estaban esperando su educación. La energía en la habitación era ansiosa y eléctrica, y tus ojos se sintieron atraídos por casi todas las personas que entraban, preguntándote cuáles eran sus aspiraciones. Tal vez algunos querían ser directores, productores o músicos. Por lo general, era fácil detectar el verdadero talento en habitaciones como esa, las personas que realmente llegarían lejos, y supones que es por eso que lo vista casi al instante.

Llevaba la pequeña insignia con su nombre alrededor de su cuello, luciendo lindo y dulce con una pequeña sonrisa nerviosa en la cara y un peinado algo desordenado. Dieciocho años tenía; cuando pensaste en él y miraste fotos antiguas, te preguntaste si alguna vez se arrepintió de ese peinado. Llevaba unas gruesas gafas negras sobre sus ojos marrones, un pequeño piercing negro en su oreja izquierda. Era lindo, pero había algo en él, algo magnético, y no podías evitar preguntarte cuál era su aspiración. Podrías decir, solo por su energía, que era uno de tus compañeros actores, y miraste el asiento a tu lado, vacío y esperando a ser ocupado por alguien. Tal vez se sentaría a tu lado y podrías hablar con él. Aunque, conociéndote a ti misma, serías demasiado tímida para hablar realmente con ese chico lindo.

El dulce y lindo chico de cabello desordenado vio la silla vacía y rápidamente, pasó por delante de las otras personas en la fila para llegar a ella. Te sonrió rápidamente, y con una suave voz, te preguntó.

-¿Está ocupado? -Señaló la silla.

-No. -Respondiste con rapidez, moviéndote un poco en tu propio asiento para mostrar lo vacía que estaba la silla del al lado.

-Gracias. -Dijo, y tu corazón se estrelló contra tu pecho mientras él se sentaba.

Olía bien, como a una colonia probablemente costosa, y te volvió a sonreír antes de decir tu nombre.

-¿Eh? -Parpadeaste confundida. ¿Cómo sabía tu nombre?

Señalo la insignia alrededor de tu cuello, la que también tenía impresa en ella, "ACADEMIA DE ACTUACIÓN" y volvió a decir tu nombre.

-Oh, claro. -Te reíste, y miraste su insignia.

JOSEPH QUINN ACADEMIA DE ACTUACIÓN

-¿Te digo Joseph o, prefieres algo más informal?

-Realmente solo mi madre me llama Joseph. -Dijo. -Todos mis amigos me llaman Joe.

-Joe. -Dijiste. -Parece que vamos a ser compañeros de clase.

-Lo parece. -Rió Joe. -¿En qué dormitorio te alojas?

-Umm, en realidad no. -Respondiste. -Soy de Londres, así que vivo con mi familia.

-Oh, genial. -Dijo Joe. -Tenemos algo en común.

-¿En serio? -Sonreíste y acomodaste tu cabello detrás de tu oreja con nerviosismo. -Eso es genial, ¿de dónde eres? -Pero antes de que Joe pudiera responder, agregaste. -¡Espera! ¿Puedo adivinar?

-Claro. -Rió Joe. -Solo si puedo adivinar de donde eres.

-Nunca lo adivinarías. -Reíste.

-Oh, lo intentaré.

Durante todo el día su conversación nunca se detuvo, ni siquiera cuando empezaron las clases. Se susurraban el uno al otro y se reían como niños, incluso después de que el profesor se molestara, y Joe simplemente sonrió y trató de mantener esa sonrisa. Finalmente, el día terminó con Joe tartamudeando mientras intentaba pedir tu número de teléfono.

One Shots | Joseph Quinn/Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora