Mi amigo Wesley|Joseph Quinn

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Parte 4•

El silencio en la habitación era ensordecedor.

Wesley había cerrado la puerta con algo de fuerza, lo que te había hecho estremecer, pero se sentía como si lo merecieras.

Podías haberle dicho a Wesley en el momento que lo viste que Joe estaba contigo dentro del departamento, pero no lo habías hecho. Habías intentado comunicarlo sin usar palabras lo que había sido contraproducente, de la peor manera.

Hiciste un contacto visual doloroso y culpable con Joe mientras estabas de pie en la puerta de tu sala de estar. Sin embargo, siendo honesta, no lo entendiste del todo. ¿Estabas haciendo algo mal? ¿Por qué te sentiste como si estuvieras haciendo algo mal? La culpa era una emoción sucia que podía comerte de adentro hacia afuera si no tienes cuidado.

Ninguno de los sabía que decir.

-No... No sé qué hacer. -Dices, echando un vistazo a la botella de vino que Wesley había colocado en tus manos.

Era tu favorito.

Los ojos de Joe se alejaron de ti, desviándolos a la mesa y la cuchara que todavía sostenía en su mano, luego a los camarones que olían y se veían tan bien, y luego gimió mientras cerraba los ojos durante un segundo, y al mismo tiempo dejaba caer la cuchara en el sartén.

-Parecía molesto, ¿verdad? -Joe pidió confirmación, aunque sabía que tenía razón.

Dejó que un poco de ruido se le escapara de la garganta, una especie de risa superficial y silenciada, como si se hubiera dado cuenta de lo malo que había sido con su amigo.

Te encogiste de hombros. Wesley parecía molesto, pero sentías que faltaban números en la ecuación. No conocías a Wesley tanto como lo conocía Joe, y aun no habías aprendido a leer sus acciones del todo.

Era cierto que había entrado en una situación algo incómoda, pero ¿no era Wesley el que los había unido a los dos? ¿Wesley no los había presentado el uno al otro? ¿Por qué verte cenar con Joe le molestaría tanto?

-Mierda. -Susurró Joe, dejándose caer en la silla.

Los ojos de Joe escanearon el espacio frente a él una vez más, y sabías que estaba calculando cuál iba a ser su próximo movimiento.

Por favor, quédate. Piensas.

-Wesley quería pasar el rato esta noche porque mañana me voy del país. -Explicó Joe, revelando que sus pensamientos eran probablemente mucho peor que los tuyos.

Tenía la cabeza caída hacia un lado, su oreja casi tocaba su hombro y su estómago se encontraba anudado, con extrañas emociones en su interior.

-Y estaba a punto de decirle que hiciéramos algo, pero luego... llamaste.

Las piezas del rompecabezas empiezan a encajar en tu mente.

-Sobrecarga de camarones. -Murmuras a ti misma.

Joe asintió lentamente antes de hacer una mueca.

-No lo he visto en semanas. -Se regañó Joe a sí mismo, y casi te sentías peor por él que por Wesley.

-Wesley estará bien. -Intentas consolarlo.

Aunque de verdad lo creías.

Wesley estaría bien. Era un buen amigo y Joe también lo era, no era mal amigo, no podía ser mal amigo.

La mirada de Joe explicó lo que haría a continuación. Inhalaste bruscamente antes de dar un pequeño paso hacia adelante.

Él debía irse. Y lo entendías.

One Shots | Joseph Quinn/Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora