One Shots | Joseph Quinn/Eddie Munson

Cinco días|Joseph Quinn

•Parte 1•

-¿Tienes un...?

Ya habías extendido la mano antes de que Joe terminara la oración. Sonrió y tomó el chicle que tenías en la mano, luego miró por la ventana del auto, con la otra mano sobre la manija de la puerta, pero sin abrir aún.

Luego se acomodó en su lugar, un poco hacía ti, pero miró fijamente el espacio que había frente a él.

-No sé cómo lo haces... -Dijo él, luego te miró, sin terminar la frase; con la esperanza de que sus ojos hablaran por él.

-Podrías solo darme las gracias, ¿has podido sobrevivir sin mí? Morirías al instante. -Dijiste en tono de broma, sonriendo al mismo tiempo.

Joe simplemente asintió.

-Sí. -Dijo. -Tienes razón.

Joe se quedó ahí, te miró de nuevo, hasta que lo empujaste levemente con la rodilla.

-Ve, la gente te está esperando.

No solo era la gente que lograbas ver desde el auto, si no que también te imaginaste a todas las personas importantes, actores y actrices, que se encontraban en los otros autos que estaban haciendo fila.

-Ven conmigo. -Dijo Joe de repente.

-Lo haré, te veré justo después del... -Pero él te interrumpió.

-No. -Negó. -Ven conmigo, hagamos todo este asunto juntos.

Es ahí cuando dudas. Eso no estaba dentro de lo que tenías que hacer en tu trabajo. Definitivamente esto no era parte de tú trabajo, estar tan "al aire libre" junto a Joseph.

-Creo que nos han visto lo suficiente juntos, no quiero que tengas problemas por eso.

-No quiero ir ahí sin ti.

Joe frunció el ceño, pero solo un poco, porque de nuevo había sonreído. Esa sonrisa que te volvía loca.

Miras la hora en tu reloj. Todavía quedaban alrededor de doce horas, técnicamente sólo hablando. Apenas llevabas alrededor del diez por ciento del trabajo, habían demasiadas horas en las que podrías arruinar todo y correr el riesgo de que no te paguen. Habías dicho que eras fiable. Profesional.

No deberías aceptar la propuesta de Joe.

-¿Por favor? -Joe abrió su mano, mostrándote la palma.

Ugh.

Pero...

Mierda.

¿Por qué no?

Tomaste la mano de Joe y te preguntaste en silencio si esto estaba incumpliendo el acuerdo de confidencialidad que habías firmado.

Saliste del auto junto a Joe, encontrándose con los gritos de adoración femeninos, más que todo. Bueno, Joe se encontró con gritos de adoración femeninos. Fue cuando entonces las cámaras empezaron a parpadear casi al instante, cegándote, y pensaste que muchas horas antes nunca habrías imaginado que esto estuviera sucediendo.

Estabas en la alfombra roja junto a Joe.

Al menos traías un vestido bonito, con unos zapatos bonitos. Pero sin aquel anillo de compromiso.

Ni siquiera habían pasado cinco días completos...

Tú amiga te había llamado y te había hablado sobre la vacante. Todo se sintió como un vago sueño, como si hubiera sucedido hace años.

-Por favor dime que no tienes nada que hacer en este momento.

Había sido una forma extraña de tu amiga de contestar el teléfono, sobre todo cuando la habías llamado para preguntarle si tenías tiempo para salir. Porque tenías mucho tiempo libre, no tenías absolutamente nada que hacer en ese momento.