Compañero de piso|Joseph Quinn

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Parte 4•

Resultó que Joe fue un éxito con tu familia. Incluyendo a tu madrastra, que, desde el momento en que entró en la cocina y le estrechó la mano junto con la botella de champán le agradó.

-¿Madrastra? Seguro que no ¡Te ves como una de sus hermanas! -Definitivamente estaba comiendo de su mano.

Riendo como una adolescente ella le sirvió una bebida en uno de sus mejores vasos de cristal y nunca le dijo que debía quitarse los zapatos, mientras el resto de la familia estaba casi abarrotada a su alrededor, estrechándole la mano, o en el caso de tu padre, dándole un ligero golpe sobre el hombro.

Mientras tanto, se te dejó servirte tu propia bebida, y no se te permitió caminar por la casa hasta que te quitaras las botas. Honestamente, todo mundo hizo un gran alboroto por él que casi fue molesto. Estabas esperando los comentarios, o miradas extrañas por no traer a tu mejor amiga, y en su lugar traer a un completo extraño, tu compañero de piso, que ni siquiera te habías molestado en decirle a tu familia que habías recibido.

Joe no robó la atención como lo habría hecho tu amiga. Ella habría hecho un comentario aparentemente inocente pero secretamente desagradable hacia tu madrastra, o sobre la novia de tu hermano. Ella habría dicho las cosas que todo mundo pensaría en silencio y rompería la rigidez en la habitación que tan a menudo sentías cuando estabas cerca de esas personas.

Pero para ser justos, había pasado un tiempo desde que trajiste a un chico para que conociera a tu familia. Pensaste en cuando presentaste a tu último novio y habían reaccionado de manera similar a cómo lo estaban haciendo ahora con Joe.

-Espera. -Sorprendiste a tu hermano escaneando a Joe detenidamente, para luego chasquear los dedos y señalarlo. -¿Eddie, maldito Munson?

Todos los ojos cayeron sobre Joe, ya sabes, si no estaban ya en él, viendo cómo el nuevo y brillante juguete en la habitación parecía estar consumiendo toda la atención.

-Sí. -Sonrió Joe con algo de timidez y se rasco la nariz.

-Oh, Dios mío. -Los ojos de tu hermano se ensancharon. Nadie más en la habitación sabía realmente lo que estaba pasando, pero la emoción en la voz de tu hermano despertó la curiosidad.

-¿Qué? -Dijiste sin entender.

-¡Tú compañero de piso es actor! -Tu hermano te miró, con sus grandes ojos emocionados. Frunciste el ceño confundido.

¿Cómo sabía él que Joe era actor?

-Oh, tiene un tipo, ¿verdad? -Tu madrastra empujó levemente a tu padre, y te preguntaste si sería tan malo vivir en la prisión luego de asesinarla.

-¡Cariño! -Tu hermano llamó a su novia que estaba en la cocina. -Mierda. Todavía no he terminado de ver la serie, ¡nada de spoilers!

Hubiera sido genial que alguien te hubiera explicado de lo que estaban hablando. Tu hermano se dio cuenta de tu confusión que aún no había dejado tu cara.

-No me digas. -Tu hermano balanceó un brazo alrededor de tus hombros, y te hizo querer hacerle daño físico. Darle una patada en la entrepierna. Este falso afecto era solo para burlarte de ti, lo sabías, habías vivido con tu hermano el tiempo suficiente para ver a través de sus trucos. -No has visto la serie, ¿cierto?

Miraste a Joe, de repente tenías miedo de haber estado viviendo con alguien como Tom Holland, o Tom Felton o hasta Tom Hiddleston. No estabas segura de por qué todos los actores famosos que se te vinieron a la mente eran Tom. Excepto que adorabas a cada uno de ellos, pero era tema de otro momento. Ahora mismo, estabas de pie en la sala de estar de tu padre con tu compañero de piso de tres semanas que de repente parecía... diferente.

One Shots | Joseph Quinn/Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora