Cinco días|Joseph Quinn

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•Parte 4•

A las 6 de la mañana en punto tomaste el control remoto de la mesita de noche de Joe y apagaste su televisor antes de poner una taza de café ahí.

-Levántate Joe.

Todavía estabas en pijama, con los pies cubiertos solo con una par de calcetines, con la voz algo aturdida y el sueño aún entre entre tus ojos.

-Nos vamos en unos treinta minutos. -Dijiste poco después, para no recibir ninguna respuesta.

Te detuviste en la puerta, miraste hacia atrás y no pudiste evitar imaginar cómo sería dormir en esa gran cama junto a Joe.

Encontraste el interruptor, abofeteándolo con la luz brillante, lastimándote tus propios ojos, así como probablemente los de Joe también.

-¿Joe?

Viste como un pulgar hacía arriba se levantó de la gran pila del edredón blanco, y reíste.

-Te deje café en la mesita de noche, desayunaremos allá.

En el auto de camino todo estaba tranquilo. Ambos estaban recién duchados, e incluso habías tenido tiempo de secarte el cabello, pero aún era temprano y los dos todavía estaban algo cansados. Imaginaste que era principalmente por la televisión ruidosa, no había forma de que Joe durmiera mejor que tú con esa cosa a todo volumen. Al menos tus nuevos tapones para oídos funcionaron bien y te las arreglaste para dormir mucho más esa noche.

La mañana se sintió un poco pesada, porque con todo el viaje a través de Londres, llegando a ver tanto de la ciudad, vinieron estos recuerdos de tu ex queriendo mudarse, de vuelta a su ciudad natal, se sentía como si hubieras ganado el premio mayor en ese momento. Tú familia también estaba relativamente cerca, así que estuvo bien. Pero habías tenido síntomas reales de abstinencia al salir de la ciudad, y ahora que realmente ya no estabas con él, intentaste pensar en las razones por las que habías comprado un departamento en su ciudad natal después de romper, pero no había ninguna razón válida.

-¿Está todo bien?

Volteaste a ver a Joe, que te miraba con algo de preocupación.

-Hoy hay mucho que hacer, solo hago matemáticas mentales para averiguar cómo voy hacer todo esto. -Mentiste. -Y tengo mucha hambre.

Le pidieron a Joe que fuera a un tipo de taller después de la sesión de fotos, solo para que diera algunas palabras alentadoras, nada loco, pero significaba que tenías que apresurarte. Después de eso había una entrevista telefónica y luego una película.

Joe suspiró.

-No quiero ser grosero y saltármelo, pero quiero saltarme todas las proyecciones de hoy.

-Todavía tendrías que ir y que te vean ahí, hablar con algunas personas.

-Sí, en realidad tampoco quiero hacer eso.

Te detuviste a mirar el horario de Joe, había muchas cosas ahí, mañana había un estreno de una película donde aparecía, había preguntas y respuestas justo después de eso y luego la ceremonia de entrega de premios.

Entendías la falta de descaso de Joe.

-Vamos a desayunar primero antes de tomar de decisiones precipitadas.

Pero entonces Joe sonrió, y sabias que esa no era una decisión precipitada.

De acuerdo.

Podrías encontrar alguna excusa para él después.

Luego de una mañana ocupada, habías hecho un trato con el conductor. Dijiste que podría tener la noche libre si volvía a casa de Joe y recibiera las entregas de los muebles, y luego lo llamarías si necesitaban transportarse algún lugar.

One Shots | Joseph Quinn/Eddie MunsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora