•Una pequeña continuación de "Compañero de piso"•
-Oh no. -Te sentaste después de pausar el televisor y te volteaste a mirar a Joe, que estaba sentado a tu lado.
Acabas de terminar de ver la primera aparición de Eddie Munson en la pantalla, específicamente la escena de la cafetería, ya te había pasado antes, y te diste cuenta que siempre que te encariñabas con algún personaje, siempre le sucedía lo peor.
-Creo que ya lo quiero. -Hiciste un puchero.
Joe solo podía sonreír.
Estaban sentados sobre el sofá, Eddie se había acurrucado sobre el regazo de Joe. Habían estado acurrucados ahí hasta que los chicos en la pantalla habían mencionado a Eddie. Habías ensanchado tus ojos, mirando a Joe.
-Solo sigue mirando. -Joe se había reído, casi tímidamente, como si realmente fuera tímido, lo que sabias que no era.
Lo habías visto charlar con tu familia sobre su trabajo durante toda la noche, en la fiesta de tu padre, y aunque su comportamiento siempre había sido humilde, parecía que realmente le gustaba hablar sobre eso.
Después de todas las menciones de Eddie Munson esa noche, sobretodo de parte de tu hermano, quien parecía incapaz de callarse al respecto, decidiste que al menos necesitabas saber de qué se trataba todo ese alboroto.
Habías comenzado la primer temporada una tarde al azar, aburrida, sin nada mejor que hacer, y rápidamente habías sido absorbida por la serie. Te quejaste contigo misma, por no haberla visto antes.
-Es encantador, ¿no? -Confesó Joe, como si estuviera hablando de otra persona, porque eso habías hecho tú.
Stranger Things no había sido nada igual a algo que hubiera visto antes. Te había atrapado, demasiado rápido para ser considerado un comportamiento saludable.
Mientras veías la segunda temporada, te había encantado el personaje de Bob, solo para que lo asesinaran al final. No te había hecho llorar, pero si había afectado tu estado de ánimo, lo suficiente para que Joe se detuviera a decir: "¿Todo esto es porque un personaje ficticio fue asesinado en una serie de televisión?" Mirando las dos botellas de vino vacías sobre la encimera de la cocina.
"Cállate", era todo lo que habías logrado decir desde el sofá.
En la tercera temporada habías decidido que no te encariñarías de ninguno de los personajes. No después de la muerte de Bob. Pero realmente te agrado Alexei, un hombre con necesidades simples: solo quería su Slurpee y una hamburguesa, fue algo vergonzoso como te habías identificado con él.
Ver a Murray dejarlo sin supervisión en la feria, solo para que le dispararan te hizo gritar a la televisión. Especialmente porque deberías haberlo visto venir, después de lo que había pasado con Bob.
Habías visto la mayoría de las tres temporadas sola, y Joe se acercaba de vez en cuando, y te preguntaba en qué episodio estabas, calculando si iba a poder ver la cuarta temporada contigo. Después de todo, su estancia en tu departamento fue solo temporal.
Ahora, viendo el primer episodio de la cuarta temporada te encontraste te encontrabas en un remolino de emociones.
-Va a morir, ¿verdad?
Joe simplemente apretó los labios e hizo todo lo posible para no dejar que sus ojos hablaran por él, como siempre lo hacían.
-No. Dime que no muere. -Miraste de cerca la cara de Joe, buscando cualquier pista, pero simplemente sonrió y te dejaste caer contra el sofá gimiendo en voz alta.
