•Parte 2•
Había pasado todo un mes desde que tú y Joe se separaron aquella horrible noche, lamentablemente esa fue la última vez que lo viste cuando lo dejaste sollozando.
Habías estado intentando olvidar lo sucedido, aunque sin éxito, parecía que actuabas en automático cuando ibas a trabajar y luego solo regresabas al departamento, para envolverte en la cama. Por supuesto él todavía había intentado contactarse contigo durante las primeras semanas, pero eso se fue apagando cuanto más lo ignorabas, simplemente no podías solo hablar con él luego de lo sucedido; incluso solías ver la imagen de su ex-novia besándolo, lo que te hizo querer vomitar.
Claramente te había roto el corazón.
No tenías planes para este fin de semana, solo pensabas en ir acurrucarte en tú cama y ver alguna película o serie de comedia romántica sin sentido, algo que normalmente odiabas pero que ahora mismo amabas.
Tú telefono se ilumino, llamando tú atención, era tú mejor amiga llamándote. Lo tomaste, colocando el dispositivo en tú oreja, suspiraste profundamente antes de hablar, intentando poner una voz valiente,
-Hola. -La saludaste. - ¿Todo bien?
-Sí, solo me preguntaba como estabas, no he sabido nada de ti durante estos últimos días y me estaba asegurando que seguías con vida.
-Solo estuve algo ocupada, ya sabes. -La valiente voz de hace uno segundos había desaparecido.
-Bueno, odio tener que decirte esto. -Ella realmente no lo hacía. -Pero vamos a salir esta noche y no puedes decir que no. Tienes que ponerte preciosa y olvidarte de ese idiota. -Dijo ella refiriéndose a Joe, aunque mantenía un tono agradable al mencionarlo, debido a que ella estaba manteniendo su rabia por lo que él hizo y la otra razón es que ella no quería darte ninguna razón para que rechazaras la salida.
-No sé si sea buena idea. -Respondiste arrugando un poco la nariz, de verdad no te ilusionaba salir esa noche.
-Llego a tú departamento en media hora. Haré que luzcas hermosa.
Ella no te dejo responder, terminó la llamada haciéndote reír un poco, tirando tú teléfono a un lado de la cama, luego frotaste las manos sobre tú cara con algo de frustración. Parece que saldrías esa noche.
Tú mejor amiga hizo justo lo que dijo, te sentiste bien contigo misma por primera vez en mucho tiempo. Ella había sugerido tú club nocturno favorito mientras te preparabas, solo escuchar el nombre del club hizo llamar tú atención; ya te sentías con más ganas de salir. Estabas lista para esa noche.
El ruido de la música se acercó en cuanto llegaron a las puertas del club, te encontrabas ya tan de buen humor, que podrías haber saltado de arriba a abajo como una pequeña niña emocionada. Estabas lista para beber, cantar y bailar junto a tú amiga como una loca. Ya mañana te preocuparías por la inevitable resaca y la posible depresión que volvería aparecer.
Empezaron con algunos shots de tequila, luego tuvieron que comprar una de las botellas y al hacer tal compra obtuvieron una oferta gratuita en cualquier coctel de su elección en el menú, lo que solía pasar con los cocteles es que no los sientes al principio, pero luego no te das cuenta cuando ya estás en el suelo.
No tenías ni idea de que el mejor amigo de Joe te había visto una vez que atravesaste la puerta principal del club; él había tenido la misma idea que tú amiga, sacar a Joe mientras tuviera algo de tiempo libre, intentando que se sintiera mejor, pero no contaba con que estuvieras en el mismo lugar aquella noche.
Tú amiga te arrastro a la pista de baile una vez que te habían entregado otra bebida, empezaste a cantar y bailar junto a ella.
El mejor amigo de Joe había hecho todo lo posible para mantenerte lejos de la mirada de él, pero estar al menos a tres metros de distancia el uno del otro, probablemente no ayudó. Joe logró escuchar a tú amiga gritar tú nombre entre risas, él volteo de inmediato, su respiración se agitó y el corazón le dolía, no podía respirar adecuadamente, su cuerpo se había convertido en piedra, no movió ni un músculo mientras te veía atentamente.
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One Shots | Joseph Quinn/Eddie Munson
Fiksi PenggemarOne Shots de Joseph Quinn/ Eddie Munson.