Abril 1992
-Cariño, ¿estás lista? -Eddie te llama desde la sala de estar donde se está poniendo su chaleco.
-¡No, no voy a ir! -Respondiste, al borde de las lágrimas.
-Así que se supone que debo decirle a todo el mundo que estás embarazada... ¿sin ti? -Se burla él suavemente.
Frunce el ceño cuando se dio cuenta que no obtuvo ninguna respuesta tuya; solo puede ver la luz encendida de la habitación.
-¿Qué pasa? -Él se acerca para encontrarte acostada sobre la cama, luchando por cerrar el botón de tus pantalones favoritos. -Oh, cariño...
-¡Ellos... no... entran! -Lloriqueas y te das por vencida y por fin dejas caer las lágrimas.
Solo tienes tres meses, pero has ganado un poco de peso, el suficiente para que tus pantalones ya no te queden bien.
-¡No lo entiendo! Me quedaban la semana pasada.
Eddie se ríe y se acerca para dejar un beso sobre tu frente, y luego a tu pequeño vientre.
-Está creciendo un ser humano dentro de ti. Tienes que ser amable contigo misma. -Él se detiene un momento. -Espera aquí.
Eddie se adentra al baño y lo escuchas hurgar entre las cosas.
-¡A-ha! -Lo escuchas decir mientras cierra un cajón.
Eddie sostiene triunfante una corbata en su mano.
-Puedes usar esto para amarrar tus pantalones mientras aún estén desabrochados.
Lo miras confundida.
-Steve me lo contó. -Explica Eddie con timidez.
-¿Qué es? ¿El gurú de los embarazos? -Preguntaste, pero tomaste la corbata y la utilizaste, había funcionado.
Tu camisa te quedaba un poco más grande, así que cubría todo muy bien.
-¿Ves? -Dijo Eddie con una sonrisa. -Ahora, vamos, vamos, vamos. -Dice con entusiasmo. -Tenemos que ir a casa de tío Wayne antes de ir a cenar y decírselo.
Ya se lo habían dicho a tus padres, que estaban eufóricos ante la idea de un nieto. Tú madre te llamo esta mañana para decirte que había comprado ropa de bebé, estaba muy emocionada.
Eddie toma tu mano mientras conduce hasta la casa de su tío. Su pierna izquierda está rebotando y de vez en cuando voltea para mirarte con una sonrisa.
-Se va a asustar, de la buena forma. -Eddie no puede contener su emoción.
Cuando se detiene en un semáforo en rojo toma tu cara, presionando tus mejillas, y deja un gran beso sobre tus labios.
Ríes.
-Nunca he visto a Wayne hacer otra cosa que no sea sonreír. Ni siquiera lloró en nuestra boda.
-Solo espera y verás, mamá Munson. -Dice él y ese apodo nuevo te llena de vértigo y calidez.
•••
Eddie golpea frenéticamente la puerta del remolque.
-¡Para! ¡Lo vas a asustar! -Siseas. En tú mano hay una pequeña bolsa de regalo. La sujetas con fuerza, como si fuera a salir flotando o algo. -¡Lo siento, Wayne! ¡Solo somos nosotros!
Wayne abre la puerta volteando los ojos.
-¿Qué diablos te pasa, chico? -Le dice a su sobrino.
Eddie solo ríe.
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One Shots | Joseph Quinn/Eddie Munson
FanfictionOne Shots de Joseph Quinn/ Eddie Munson.