Eddie se acercó despacio hacía ti, que seguías profundamente dormida, le dio ternura ver como dormías con una almohada abrazada, acercó su dedo a tú nariz para hacer algunas cosquillas, entre dormida y despierta llevaste una mano a tú cara, en un intento de quitar lo que estuviera molestando tú sueño, pero al sentir de nuevo la molestia abriste los ojos molesta.
-¿Qué diablos haces? -Murmuraste al ver a Eddie ahí.
-Te hice desayuno. -Respondió él. -Duermes mucho, ya es algo tarde.
-Ya empezaron las vacaciones Eddie, ¿Por qué debería despertar temprano? -Dijiste acomodándote, dándole la espalda para seguir acurrucada en la cama.
-¿Seguirás durmiendo? -Preguntó él.
-Sí.
-______.
-¿Qué?
-Hice de desayunar. -Repitió.
Te quedaste callada un momento y luego te volteaste para mirarlo durante unos segundos.
-¿En serio?
-Sí. -Sonrió él.
-¿Cereal?
-No. -Negó. -Debes comer otra cosa que no sea cereal, no sé cómo es que te ves tan bien solo comiendo cereal día y noche. -Dijo sin pensar.
-¿Qué? -Preguntaste.
-Que no entiendo como te ves tan bien si solo comes cereal, Rick dice que podrías vivir comiendo cereal todos los días.
-Eres un idiota. -Reíste.
-¿Por qué te hice desayuno? -Preguntó. -Bueno, te lo debía, ayer no te hice de cenar.
-Bien, iré a desayunar. -Suspiraste. -Pero tomaré una ducha ¿Ok?
-Ok. -Respondió él feliz. -Yo también debería tomar una ducha. -Dijo.
-Toma alguna camisa de Rick si quieres.
-¿No te gusta esta? -Señaló Eddie su camisa de Hellfire. -Está genial.
-Sí me gusta, pero creo que la ensuciaste de aceite ayer. -Señalaste una mancha en su camisa.
Eddie miró la mancha y seguidamente se quitó la camisa, lo que no esperabas para nada, notaste y pusiste atención en cada uno de los tatuajes que dejó ver.
-¿Te gustan? -Preguntó. -Este es mi favorito. -Señaló uno que tenia en el pecho.
-Eh s-sí. -Respondiste bajando la mirada. -Iré a ducharme. -Dijiste y con rapidez te dirigiste al baño de tu habitación cerrando la puerta detrás de ti.
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-Mira, especialidad mía, huevos revueltos con tocino y jugo de naranja. -Dijo Eddie con una sonrisa una vez que habían tomado asiento para desayunar.
Levantaste la mirada un poco y observaste el desastre que había dejado en la cocina, luego lo miraste.
-¿Acaso mataste una gallina ahí para hacer el desayuno?
-Luego lo limpio. -Dijo él despreocupado y empezando a devorar su desayuno.
Tú también te concentraste en comer, tú estómago agradecía que por una vez no lo estuvieras alimentando solo con cereal.
Poco después Eddie se puso en su tarea de ordenar el desastre que había ocasionado, fuiste ayudarlo un poco pero en ese momento sonó el teléfono, así que corriste a responder.