Juego de Shumil gemelos

Capítulo: 82. Inauguración del restaurante de la ciudad baja. (Parte 1)

Pdv: Rozemyne.

La misión de probar el “veritaserum” con Trudeliede, había sido un éxito. Las dos criminales fueron juzgadas por sus crímenes, y puestas en la torre blanca. Aunque en circunstancias normales, ambas mujeres deberían haber sido ejecutadas, pero por la escasez de maná Sylvester las puso en la torre blanca. Ferdinand dijo que allí serían más útiles, donando su maná. ‘Esto es muy propio de Ferdinand, siempre encuentra la forma de explotar a sus enemigos. Es por esta razón, que no lo quieres como tu enemigo’.

En cuanto a sus familias, el vizconde Dahldolf fue interrogado, pero como logró probar que no tenía nada que ver con las fechorías de Gloria, solo fue severamente sancionado. De todos modos, el solo hecho de estar asociado a un criminal, eso ya significa un gran castigo dentro de la sociedad noble, ya que puede llevar a la caída de tu casa.

En cuanto a Trudeliede, bueno, ella no sólo se dañó a sí misma, sino que también a su pequeño hijo Nikolaus, quien a quedado sin su madre. Debido a esto el pequeño Nikolaus fue traído al templo por el padre karstedt, quien se veía culpable por dejar a otro hijo en el templo. Pero Cattleya y yo estábamos felices de tener un hermanito pequeño, para cuidar y mimar. ‘Ufufufuu……’.

Dejamos al pequeño Nikolaus al tierno cuidado de Lily y de Wilma por ahora, mientras padre karstedt habla con madre Elvira, sobre el futuro del niño. Aunque lo más probable es que madre Elvira, también se haga cargo del pequeño Nikolaus. ‘¡¡¡Madre Elvira es increíble!!!. Padre karstedt le debe cada vez más a madre Elvira’.

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Como la temporada de invierno pronto llegará a su fin, teníamos que hacer los preparativos para la inauguración del restaurante de la ciudad baja “La Orquídea Encantada”. Pero para esto, teníamos que realizar una Reunión con los comerciantes. Por esta razón Cattleya y yo, enviamos una convocatoria al templo a Benno, Gustav y Freida, para dentro de tres días. Por supuesto todo sería bajo la supervisión de Ferdinand.

Tres días más tarde, tuvimos nuestra reunión con los comerciantes. Con los cuáles, nos reunimos en las cámaras del director del orfanato, que se había destinado para celebrar este tipo de reuniones. En cuanto llegaron nuestros socios comerciales y nos dieron sus saludos de temporada, comenzamos con la Reunión.

“Lady Rozemyne, Lady Cattleya, me complace anunciar que todos los preparativos para la inauguración del restaurante “La Orquídea Encantada”, ya están listos. Solo faltaría definir la fecha del evento”. Expuso Freida con entusiasmo.

“¡Que maravillosas noticias Freida, muy bien hecho!. En cuanto a la fecha, lo mejor sería la última semana de invierno, en el día de la tierra”. Yo di la fecha para la inauguración del restaurante. “También queremos que nuestra familia adoptiva, sea invitada a la inauguración”. Cattleya y yo queríamos que nuestra familia plebeya fuera incluida, en la inauguración.

Ya habíamos hablado con Ferdinand sobre esto, durante la cena del día anterior a la reunión con los comerciantes, y él nos lo permitió diciendo. “Eso será muy apropiado para poder reunirnos y hablar sobre algunos asuntos con su familia adoptiva. Pero si las cosas serán de esta manera, lo mejor es que esta inauguración sea privada”.

“No te preocupes por eso mentor, el restaurante tiene una zona vip privada. Así que podemos hablar de los temas que quieras sin preocupaciones”. Respondió Cattleya para tranquilizar a Ferdinand.

“Bien en ese caso, será una buena oportunidad de hablar con sus padres adoptivos, sobre su compromiso conmigo”. Declaró Ferdinand, algo que ninguna de las dos esperábamos……

“¿Q-qué?”. Yo en completo aturdimiento.

 “E-espera mentor”. Cattleya en pánico.

“¿Cuál es el problema, par de tontas?. Karstedt quería reunirse con ellos, para explicarles sobre la adopción de Bonifatius, el cual también estará presente para la conversación. De igual manera, les hablaremos sobre el compromiso, y la razón de porqué estamos tomando todas estas medidas de protección”. Explicó Ferdinand algo incómodo por nuestra reacción.