Capítulo: 101. Un almuerzo improvisado con Ferdinand.

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Pdv: Rozemyne.

¡Lo sabía! Sabía que Cattleya haría alguna locura con su bestia alta, y justo por esta razón, yo no había querido enseñarle a hacer su propia bestia alta. '¡Si Ferdinand está enfadado, yo lo estoy aún más! ¡¡¡Hermanita tonta!!!'.

Para cuando llegamos a la mansión de Ferdinand, Lasfam junto a Justus, nos estaban esperando en la entrada de la mansión, para recibirnos y ambos nos miraron con preocupación, mientras que Ferdinand aún seguía regañando a mi imprudente hermanita. Poniendo un alto momentáneo a los regaños, Ferdinand se dirigió a sus dos sirvientes que lo miraban con expresiones serias e inquietas en sus rostros. Al ver esto, el enfado de Ferdinand se desvaneció un poco, luego nos presentó con Lasfam. "Lasfam, ellas son Rozemyne y Cattleya".

Entonces Lasfam se arrodilló con los brazos cruzados sobre el pecho y nos ofreció sus nobles saludos. "Les doy la bienvenida, Lady Rozemyne, Lady Cattleya, es un gusto conocer por fin a las prometidas de Lord Ferdinand. ¿Puedo orar por una bendición en agradecimiento por este encuentro casual, ordenado por los brillantes rayos de Leidenschaft el dios del fuego?".

"¡Puedes!". Respondimos al unísono.

"Oh, Leidenschaft, que mis jóvenes maestras sean bendecidas". Nos saludó Lasfam dándonos una bendición.

"Yo soy Rozemyne".

"Y yo soy Cattleya".

"También es un gusto conocerte Lasfam y apreciaremos tu servicio". Dijimos al unísono nuestros saludos.

Una vez saludamos a Lasfam y entramos a la mansión, Ferdinand continuó regañando a mi hermanita, ahora más calmado. "Cattleya, si sabías que te quitaría tu bestia alta. ¿Por qué aún así hiciste esa tontería?".

Cattleya que no parecía preocupada, ni culpable en lo más mínimo. 'Y esa actitud despreocupada me hizo enfadar aún más'. Explicó tranquilamente en nuestro idioma secreto inglés. "[Pues verás mentor, hay cosas en la vida que has deseado hacer y que eran imposibles de lograr, y cuando ya has muerto como yo........... Bueno mentor, si tienes la oportunidad de hacer algo, que en tu vida anterior no pudiste, y esa oportunidad se presenta justo frente a ti, solo queda hacerlo y lanzarte a por todo. Luego solo queda enfrentar las consecuencias de tus actos, con valentía]". Continuó explicando mi temeraria hermanita, encogiéndose de hombros diciendo. "[Además mentor, en serio crees que no tenía nada en mente ya preparado, para evitar algún accidente. Para eso tenía mi varita y mi hechizo listos, ya sabes, solo debía decir "Arresto Momentum" y listo, nadie saldría herido]".

"[Ya veo. A pesar de ser una tonta imprudente, debo reconocer que tus locos hechizo son muy útiles]". Respondió Ferdinand en nuestro idioma secreto. Luego continuó hablando pero esta vez lo hizo en el idioma de éste mundo. "Pero no por eso debes confiarte Cattleya, siempre puede salir algo mal y puede costarte la vida. Así que desde ahora en adelante abstente de hacer éste tipo de cosas peligrosas, y está demás decir que estás castigada. Tendrás que volar con Rozemyne, conmigo o con cualquiera de sus caballeros de la guardia, estamos claros, Cattleya?". La castigó Ferdinand en una larga conferencia.

Si bien Ferdinand había terminado con su parte de los regaños, yo no. Por eso dije en Japonés, nuestro segundo idioma secreto. "{¡Hermanita tonta, en que estabas pensando cuando hiciste esa estupidez?!}". Yo le grité enfurecida. "{¡Pudiste haberte matado, tonta hermanita imprudente.........y es por esta razón que no quería que tuvieras tu propia bestia alta, y es por esta razón que no te enseñé a hacer una!}". Yo continué regañándola, pero ahora sentí que se me apretaba el corazón y la garganta, solo de pensar que pudo pasarle algo............la tonta pudo morir......... Por eso con lágrimas en los ojos continué regañándola, pero ahora en el idioma de éste mundo. "Tienes una idea de lo mucho que temo perderte? Y tú vas y haces éste tipo de tonterías peligrosas. Pensando solo en ti...........". Mientras decía esto, Cattleya que se había mostrado despreocupada, ahora pude ver como su rostro se contraía en una mueca de dolor y culpa.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora