Capítulo: 156. La capa de Ferdinand.

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Pdv: Ferdinand. Déjame bordar tu capa.

“No necesitan preocuparse por cosas como esas, mis hermosas hijas. Yo me encargaré de averiguar con Florencia, cómo están las cosas, con el heredero de Aub Ehrenfest”. Dijo Elvira terminando la discusión, mientras miraba con molestia a su hijo Lamprecht. Por traer éste tema tan desagradable a la cena familiar, arruinando por completo el ambiente alegre y festivo.

Aunque Elvira, con su experiencia en socializar. Cambió el rumbo de la conversación con bastante facilidad, diciendo de forma muy animada. “Como ya terminamos de cenar. Creo que es buen momento, para entregar el obsequio que prepararon a su prometido, mis hermosas hijas”.

“¡Oh, eso es cierto!. El obsequio de nuestro prometido”. Dijo Rozemyne, con una brillante sonrisa, mientras se volvía hacia Fran, detrás de ella, para ordenar que trajera el obsequio.

“Si, preparamos un obsequio súper genial, para nuestro lindo prometido~”. Dijo Cattleya volviendo a ser la misma despreocupada de siempre.

Pero con una gran diferencia en su actitud hacia mí. La forma un tanto divertida y coqueta de decir “lindo prometido”, fue bastante incómodo con su familia presente. Eso no fue apropiado, con Karstedt y Bonifatius aquí presentes, más tarde los dos serán un dolor. Lo sé, por las miradas asesinas, que me están dedicando en éste momento.

Fran, quien se había movido rápido, volvió con una caja de madera hermosamente decorada, en sus manos. Entregándosela a Justus, el cual la recibió con una enorme sonrisa en su rostro. Y yo como sabía, qué era el obsequio de mis Diosas, estaba luchando por mantener la compostura y no mostrar lo inquieto y emocionado que estaba por dentro.

Siempre deseé tener algo como esto, bordado solo para mí. Aunque la capa que me dio mi padre, era especial para mí, no estaba bordada. Solo era una capa sin ninguna protección.

‘Había esperado pacientemente el día, en el que mis Diosas me entregaran la capa que bordaron para mí. Con ella seré oficialmente su familia. Yo nunca albergué ningún tipo de esperanza, de que alguna dama me mostrara alguna vez, su favor y mucho menos su afecto, o que dijera las palabras, “Déjame bordar tu capa”. Pero ahora tendré mucho más que las palabras, tendré una capa bordada, por mis preciosas Diosas, mi familia’.

Mientras yo miraba, con curiosidad y ansiedad creciendo en mi pecho, la ornamentada caja de madera que Justus me entregó. Yo pensé todas estas cosas, muy agradecido con mis Diosas, y por tenerlas en mi vida.

Al abrir la caja, y retirar con cuidado la tela que la envolvía. Debajo pude ver la tela color ocre, doblada con mucho cuidado, dejando ver parte del bordado. Con distintos tonos de azul, pero como tono principal, el azul medianoche del cabello de mis Diosas. Que contrastaba hermosamente, con el color oro de la tela.

Aunque ya sabía que el bordado decorativo, sería el animal heráldico de Ehrenfest, como hijo del anterior Aub, y como miembro de la familia archiducal, debía llevar el león de Ehrenfest. Pero mis Diosas, le bordaron sus flores como símbolo de su protección y favor.

Acaricié suavemente la capa, aún guardada en su caja. Y al tocarla, pude sentir esa agradable sensación del maná de mis Diosas, en mis dedos. Y al pasar un poco de mi maná en ella, pude detectar los círculos mágicos de protección que le habían bordado.

Entretanto yo admiraba embelesado la bella capa. Oí las risitas de mis Diosas muy felices con mi reacción, a su obsequio. Al mirar sus rostros a mi lado, las dos se tapaban la boca delicadamente en un elegante gesto, con ojos brillantes y mejillas sonrojadas. La forma dulce y tímida en la que me estaban mirando, llenó mi corazón de calidez y ternura. Sentimientos que solo mis pequeños Shumil, despiertan en mí.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora