Capítulo: 76. La misión de los Dioses.

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Pdv: Rozemyne.

“Despierta”. Oí decir a Ferdinand, mientras me sacaba de la jureve.

“Buenos días hermanita”. Me saludo Cattleya con una brillante sonrisa, sentada en un banquito.

“Despertaste primero que yo”. Dije mientras Ferdinand me sentaba al lado de mi gemela.

“Así parece hermanita”. Contestó Cattleya mientras Ferdinand comenzaba a inspeccionarnos.

“¿Cuánto dormimos, Ferdinand?”. Yo pregunté para asegurarme de no haber dormido por uno o dos años otra vez y junto a mi hermanita convertirnos en Urashima Taro.

“Dos semanas”. Respondió Ferdinand. “Se han disuelto todos los cúmulos de maná más pequeños, que estaban dispersos en todo sus cuerpos, dejando solo al más grande cerca de su órgano de maná”. Dijo Ferdinand terminando de examinarnos. “El tratamiento a resultado mejor de lo que esperaba. Con esto deberían disminuir bastante sus fiebres y estar más saludables”. Explicó Ferdinand, luego se dirigió a Fran y Zahm y les dio instrucciones de que nos dieran un baño y nos pusieran a descansar.

Fran y Zahm rápidamente nos tomaron en brazos y se dispusieron a salir de la habitación oculta. Una vez fuera nos entregaron a Wilma y a Rosina para que nos dieran un baño, nos pusieran la pijama y nos acostaran a dormir.

Cuando estuvimos en la cama, Cattleya me preguntó en inglés. “[¿Estas bien hermanita?]”.

“[Si, es solo que tenía un poco de miedo de dormir por un año o dos, como en el tejido anterior. Se que es una tontería, pero………]”. Yo le respondí a mi gemela.

“[Entiendo, pero no pasó eso, verdad?. Así que tranquila hermanita todo estará bien. Bueno……. no todo en realidad, creo que mis músculos están algo rígidos y me siento algo débil]”. Dijo mi gemela apretando sus puños, para comprobar sus fuerzas. “[Bueno tendré que recuperar mis fuerzas entrenando duro con el abuelo]”.

“[Uh, Uhm…… Pero eso me preocupa, si nos debilitamos con solo dos semanas en jureve, en una o dos temporadas nos debilitaremos muchísimo más]”. Yo expresé una de mis mayores preocupaciones, con respecto a las jureves.

“[Mmm……. Tienes razón hermanita, eso nos dejaría fuera de combate. Tendré que pensar en algo, para evitar que eso suceda. Pero no te preocupes hermanita, esta vez no permitiré que nadie te secuestre o envenene, lo prometo]”. Me prometió mi salvaje hermanita, de seguro planeando algunas trampas, para hacer caer a nuestros enemigos. “[Ahora a dormir o vendrá nuestro gruñón mentor a regañarnos. Jajajaja…….]”. Se rio Cattleya del gruñón Ferdinand.

“Jajajaja……”. Yo también me reí del regañón Ferdinand.

Luego de esta pequeña conversación, me dormí profundamente con una agradable sensación de seguridad. También estaba feliz de que todo saliera bien, y que estábamos un paso más cerca de estar saludables.

*

Al día siguiente, muy temprano en la mañana después del desayuno, Ferdinand apareció muy serio. “Ustedes dos síganme”. Ordenó Ferdinand apenas entró en nuestros aposentos, guiándonos a nuestra habitación oculta, con Justus y Eckhart detrás de él. Cattleya y yo nos tomamos de la mano y nos dispusimos a seguir a Ferdinand, para enfrentar nuestra futura reprimenda.

“Me pueden explicar el porqué llovió dentro de los aposentos de lady Verónica?”. Preguntó muy molesto Ferdinand, apenas entramos en la habitación oculta.

“¡Oh! ¿Pero qué dices Ferdinand?. ¿Qué lady Verónica a experimentado un milagro?. Pero que maravilloso. ¡Alabados sean los Dioses!”. Exclamó Cattleya haciendo la pose de oración.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora