Capítulo: 77. Dedicación de invierno.

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Pdv: Rozemyne.

Como habíamos hablado con Ferdinand, sobre la misión de los Dioses. Cattleya y yo pasamos los últimos días enseñándole a hablar y escribir en inglés a Ferdinand, y tal como esperaba lo estaba aprendiendo increíblemente rápido, debido a su memoria eidética. Por esta razón,  Cattleya se había estado quejando, diciendo. “No es justo hermanita, después de todo lo que me a costado aprender el japonés. Va nuestro mentor y aprende el inglés como si nada, como si fuera la cosa más fácil del mundo”. Bueno, comprendí completamente la frustración de mi hermanita, ya que a mi también me estaba costando el español.

Pero al igual que el inglés, Ferdinand aprendió los cuatro hechizos, que le habíamos enseñado previamente a Justus, igual de rápido. Los cuales eran; “Levioso”, “Alohomora”, “Desmaius” y por último el hechizo “Desilusionador”, los cuales le enseñaríamos por ahora. Pero como Ferdinand no quedó satisfecho con estos cuatro hechizos, Cattleya agregó otro hechizo inofensivo, aunque muy útil, el “Lumos”. Por la sonrisa siniestra del "señor del mal" en el rostro de Ferdinand, pude imaginar que ya estaba planeando muchas formas de utilizarlos.

‘Si Ferdinand antes era peligroso, ahora con todos estos hechizos que aprendió y que aprenderá, no quiero ni imaginar lo poderoso que se volverá. Definitivamente no lo quieres como tu enemigo’.

*

También habíamos estado yendo a casa de nuestra familia noble, donde madre Elvira estaba muy motivada con nuestra educación de dama. Nos había puesto a bordar pañuelos para Ferdinand. Y por el brillo en los ojos de madre Elvira, pude ver lo entusiasmada que estaba con la idea del compromiso. Bueno después de todo, madre Elvira siempre admiró a Ferdinand. Es su fan número uno.

La que no estaba muy feliz con la idea, era Cattleya. “Pero madre Elvira, si yo aún no estoy prometida a Ferdinand. ¿Por qué tengo que bordarle un pañuelo yo también?. No debería ser trabajo, solo de Rozemyne. Ella será su prometida ahora, no es así?”. Dio un montón de excusas mi gemela.

Pero madre Elvira la derribó por completo. “Cattleya hija, esto es parte de tu entrenamiento de dama. Además querida, Lord Ferdinand es tu prometido, no importa demasiado cuando será oficial, la decisión ya está tomada”. Dijo con firmeza madre Elvira.

“Hermanita, solo ríndete y borda el pañuelo, no podrás ganarle en esto a madre Elvira”. Después de decir esto, Cattleya y yo miramos la sonrisa de madre Elvira y lo supimos. No había forma de huir del bordado, ni de madre Elvira, así que nos resignamos a nuestros destinos y nos pusimos a bordar. Pero pude oír murmurar a Cattleya. “Ahora sé de quien aprendió mi hermanita, esa sonrisa de dama noble”.

“Muy bien mis niñas, están haciendo un excelente trabajo, después de que completen esta tarea, comenzaremos a bordar una capa para Lord Ferdinand”.

“¡¿Q-qué? E-espera madre Elvira!”. Exclamó Cattleya palideciendo.

“Sin protestas Cattleya”. Contestó madre Elvira con aplomo, a las protestas de mi gemela.

“Maldita sea, odio bordar”. Oí murmurar y refunfuñar a mi gemela muy molesta. Creo que ésta vez estoy de acuerdo con mi hermanita, porque yo también odio bordar. Sin embargo, con Cattleya habíamos estado bordando la capa de invisibilidad y Cattleya no se quejó. ‘Mmm……. Más tarde le diré que si bordamos la capa de Ferdinand podrá aprender a dibujar círculos mágicos de protección. Ése será el cebo para mi hermanita. Jejejejee…….. Yo también puedo hacer planes y manipularte, hermanita. Porque de ninguna manera, bordaré el manto de Ferdinand, yo sola’.

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Cuando llegó el primer día soleado de invierno, papá Gunther, Tuuli y Lutz vinieron muy temprano en la mañana a buscar a los niños del orfanato, para la primera recolección de parue.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora