Capítulo: 65. Conociendo a mis hijas

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Pdv: Elvira

 
Hoy fue el día, en que por fin conocí a mis hijas, Rozemyne y Cattleya. Yo había esperado con ansias este momento. Sin embargo, nuestro primer encuentro no salió como esperaba…

Heidemarie, que está llena de prejuicios hacia las niñas, por quien fue su madre. Al principio se había abstenido de hacer nada en contra de mis hijas, porque yo le había pedido que les diera la oportunidad, de mostrar que no tienen malas intenciones para con esta familia. Al igual que lord Ferdinand se lo advirtió, que si hacía algo en contra de mis hijas, ya no la quería a su servicio.

Las cosas iban bastante bien, a exepción del comentario venenoso sobre los productos. Pero eso habría quedado ahí, como un comentario de mal gusto… Mas todo se salió de control, cuando Rozemyne le entregó su obsequio a Heidemarie. El cual fue un libro, que le perteneció a su casa caída en desgracia, y esto causó  el desastre. 

No vi venir esto… No, en realidad, ninguno de nosotros vio venir esto. Jamás imaginé que a Heidemarie la abandonaría la gracia de Mestionora, ante dos niñas pequeñas. Fue como si por un momento, Chaocipher la hubiera poseído al ver el libro de su familia. Aún no logro comprender, cómo es que se ofendió por un obsequio que tan claramente para todos nosotros, fue dado con tanto afecto y cariño de parte parte de mis hijas. Mas su profundo dolor y resentimiento la cegó, impidiéndole ver la realidad.

En cambio mis hijas, fueron maravillosas. Ver las diferentes reacciones de las dos niñas, ante tan difícil situación fue una grata sorpresa; Rozemyne fue muy valiente y expuso con firmeza sus buenas intenciones, se disculpó con gracia y elegancia. Por último, tomó la decisión correcta en ese momento de dificultad. Sin duda, ella con el entrenamiento adecuado se convertirá en una dama noble ejemplar.

En cuanto a Cattleya, su reacción ante Heidemarie, nos dejó a todos perplejos y en un completo aturdimiento. Sus palabras profundas cargadas de sentimientos dolorosos y devastadoramente directas, sin un ápice de duda o engaño… Sumado a esos expresivos ojos dorados, que miraban en las profundidades de Heidemarie. Esas palabras, no fueron para nada acordes a una niña de su edad… pensándolo bien, ninguna de las dos niñas actuó acorde a su edad.

‘¿Cómo puede ser posible, que dos niñas en su tierno verano, tengan la sabiduría de damas ya entradas en su otoño?’. Yo pensé esto, algo confundida. Pero en el momento en el que Cattleya ocultó sus lágrimas en su hermana, dejándonos ver su tierna juventud, actuando por fin como una niña de su edad. Yo sentí una punzada de dolor en mi pecho, deseando consolarla. Mas esta era nuestra primera reunión, aún no existe tal confianza como para consolarlas con alguna muestra de afecto.

Cuando lord Ferdinand se llevó a mis hijas, tuve un montón de sentimientos encontrados. Estaba feliz por haberlas conocido y porque me habían aceptado como su madre, pero triste y frustrada por no haber podido evitar lo ocurrido. 

Sin embargo, cuando nos dispusimos a regañar a Heidemarie, todos nos quedamos en silencio, ya que con las palabras que le dijeron las niñas, junto a la fría amenaza de lord Ferdinand, fue suficiente castigo para ella... 

Al mirarla, pude ver que mi insensata nuera, se había congelado en su lugar con los ojos como platos, totalmente pálida. Ella estaba en un completo Shock, así que lo más probable es que en este momento, no escuche nada de lo que le digamos.  

****

Más tarde, llegó lord Ferdinand muy molesto. Esto era extraño de ver en él, ya que el hombre jamás muestra tan abiertamente sus emociones. ‘Lo más probable, es que al ver a Heidemarie acosar a sus protegidas, le haya tocado la fibra sensible’.

“Karstedt, Elvira, tenemos una conversación pendiente con respecto a sus hijas". Lord Ferdinand dijo con severidad. “Por recomendación mía y por pedido de sus nietas, Bonifatius debería estar presente. Pero ellas también pidieron, que Heidemarie participe de esta conversación”. 

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