Capítulo: 98. Canción especial y vínculos rotos.

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Pdv: Rozemyne.
 

Cuando estuvimos dentro de la habitación oculta. Nos sentamos en nuestra tumbona y Ferdinand se sentó en frente de nosotras. Pude ver a Ferdinand con el rostro inexpresivo, mirándonos con culpa y preocupación en sus ojos dorados pálidos. Era obvio que se sentía responsable de los maltratos que recibimos, dentro de la sociedad de damas. Luego suspiró con cansancio al ver a mi enojada hermanita y dijo. “Cattleya, después de tu arrebato de ira de hace un momento, debo decir que estoy sorprendido de que no hicieras algún alboroto en la fiesta del té, haciendo alguna travesura a las damas que las insultaron”.

Pero ante el comentario de Ferdinand, Cattleya resopló con molestia y lo miró con una expresión burlona y de suficiencia, pero no respondió, en cambio fui yo quien respondió. “Humm….. bueno Ferdinand, mi hermanita si se las cobró…… exprimiendo por completo sus bolsillos……..”. Yo dije haciendo una mueca de lastima, por las pobres idiotas que nos fastidiaron.

“Ya veo”. Dijo Ferdinand en comprensión. “Y al parecer lo están haciendo muy bien, a pesar de las molestias”. Ferdinand nos elogió y yo sonreí felizmente ante su elogio. Pero no mi hermanita. Cattleya estaba realmente molesta y no se le pasaría con un elogio.

Viendo esta situación Justus preguntó. “Lady Rozemyne, puedo preguntar porqué lady Cattleya está tan molesta?. Entiendo que debió ser desagradable oír insultos de parte de todas esas damas celosas. Pero hay algo más que esté molestando a la princesita?”.

“Si bueno, Justus eso es porque madre Elvira nos empujó a las dos a tocar el harspiel con Ferdinand, y no le permitió protestar. Madre Elvira tomó esa decisión, debido a las mismas damas nobles celosas, ella dijo que usaría ese momento para mostrar que somos dignas de ser prometidas de Ferdinand. El problema es que a Cattleya le cuesta mucho el harspiel, y ella dice que no es buena en eso……. Pero yo no estoy de acuerdo con ella en esto, yo creo que es lo suficientemente buena en el harspiel”. Yo expliqué el porqué realmente estaba enojada mi gemela.

“Entiendo”. Respondió Justus en comprensión, al igual que Ferdinand y el hermano Eckhart.

“¡Oh, vamos Rozemyne! ser lo “suficientemente buena” no servirá y lo sabes. Por fin estaba dominando la canción que tocaríamos en el debut de invierno, donde tocaría junto con niños. Pero resulta que ahora tendré que subirme a un escenario a tocar con dos genios de la música?. ¡Eso será humillante! No les voy a dar el gusto a esas tontas descerebradas, y probarles que tienen razón en que soy un fracaso, todo para defender un compromiso que ni siquiera quería!”. Explotó por segunda vez Cattleya, con lágrimas formándose en la comisura de sus ojos, sacando toda la frustración que había estado guardando. “¡Al diablo con todo! No me importa lo que diga madre Elvira, no me humillaré públicamente, he soportado todo sin quejarme, la educación espartana de mi mentor, y he cumplido con todas las expectativas de todos ustedes, ni por muy irrazonables que fueran, he tolerado demasiados insultos con una bonita sonrisa falsa de dama. Perdón por no ser la dama perfecta y estar a la altura de “el gran Ferdinand”. Cattleya dijo esto último con una voz cargada de sarcasmo, luego se volvió a cruzar de brazos y giró la cabeza quitando la mirada de Ferdinand, con un resoplido de molestia. ‘¡Vaya! Mi hermanita nos mandó al diablo a todos’.

Creo que esta vez realmente fastidié sin querer a Cattleya, no debí sugerir a madre Elvira, que Ferdinand tocara el harspiel en la fiesta de bienvenida a la dama de Dunkelfelger. Sé lo mucho que le cuesta el harspiel a mi hermanita, y de verdad ha trabajado muy duro para cumplir con las expectativas irrazonables de Ferdinand y el duro entrenamiento de Rosina. Pero ha trabajado especialmente duro en la canción del debut, para estar a la par conmigo. ‘Yo en el tejido anterior, si hubiera tenido que subirme al escenario a tocar con Ferdinand, antes de mi debut, definitivamente habría entrado en pánico al igual que mi hermanita’. Por eso me disculpé. “Perdóname hermanita, no fue mi intención ponerte en esta difícil situación y causar todos estos problemas. Yo no me considero una genio en la música como dices…….., pero sé que te cuesta más que a mí, el harspiel. Aun así, tampoco quiero subirme a un escenario a tocar con Ferdinand, en realidad cualquiera se vería mal tocando al lado de él………. No pensé que madre Elvira nos pondría a tocar con Ferdinand, cuando lo sugerí. Pero hermanita no te enojes con Ferdinand por esto, lo solucionaremos, siempre lo hacemos, no es así?. Podemos hablar con madre Elvira y explicarle………..”.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora