Capítulo: 155. Fiesta de compromiso noble. (Parte 2).

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Pdv: Cattleya.

Al llegar al restaurante, mi mentor nos ayudó a bajar del carruaje, de forma galante. Luego entramos al restaurante, donde ya nos estaba esperando un padre karstedt, Junto a un abuelo Bonifatius, con enormes sonrisas. Y el hermano Lamprecht, quien se veía muy cansado.

‘De seguro, el hijo de Aub Ehrenfest, le está dando muchos problemas, ahora que no está la bruja malvada de Verónica. Según lo que me ha contado Rozemyne, el niño es muy apegado a ella’.

Éstos eran mis pensamientos, mientras nuestros dos padres nobles, elogiaban nuestra apariencia. Aunque de igual forma, miraron con molestia a mi mentor.

‘Al parecer, entendieron el otro significado de nuestros atuendos……. Pero mi mentor no tiene nada que ver con eso, esto fue idea de madre Elvira. Aún así, en serio, no entiendo porqué se comportan así. Digo primero estaban muy preocupados, porque ni Rozemyne ni yo, veíamos a mi mentor como prometido. Y ahora que lo vemos así, se ponen todos celosos y tontos’.

Cuchicheamos estas cosas con Rozemyne, en susurros, mientras subimos las escaleras hasta la zona Vip del restaurante. Siendo guiadas, por una Freydís muy emocionada, junto al resto de sirvientes. Para cuando llegamos allí, vimos la hermosa decoración invernal y festiva, que me recordó un poco a la navidad.

‘Estas ideas, madre Elvira las tomó de nuestra cena navideña, que tendremos en el restaurante de la ciudad baja, verdad?’.

Madre Elvira, había preparado esta decoración, para hacernos sentir como en nuestro mundo anterior. Todo quedó muy bonito y bien iluminado, con colores dorados, rojos y blancos, muy navideños, en toda la decoración. Con música del harspiel de Rosina, que tocaba en una esquina de la habitación.

Todo era muy elegante e íntimo, el ambiente muy acogedor, más que ostentoso o pomposo. Tomamos nuestros lugares en la mesa al lado de mi mentor, por supuesto. Seguido por el abuelo Bonifatius, de nuestro lado de la mesa, y por último el hermano Lamprecht. En frente de nosotros estaba el padre karstedt, madre Elvira, la hermana Heidemarie, el hermano Eckhart y por último el hermano Cornelius. En ésta ocasión, no habían asientos de honor o estatus, solo una cena familiar.

Para esta cena no trajimos sirvientes, solo a Justus y algunos de nuestros asistentes del templo; como Fran, Zahm y Fritz. Todos vestidos con el uniforme del restaurante, por su puesto. Además de los mejores y más confiables sirvientes, del restaurante “El Magic Roze”.

Una vez todos estuvimos sentados, comenzaron a servirnos la cena con deliciosos platos de entrada. Y entre tanto nos servían, sostuvimos una animada charla casual. El feliz momento, con toda la familia Linkberg reunida, fue realmente agradable, y lo estábamos disfrutando tanto, como nuestra cena con nuestra familia plebeya del día de ayer.

Mi mentor realmente se lució con todos los increíbles obsequios y sorpresas, que preparó para nosotras. Porque yo sé que esta cena familiar, también fue obra suya, trabajando en conjunto con madre Elvira. Sé que esto lo preparó mi mentor, porque esto parece mas una ceremonia de compromiso íntima y familiar, como la que tuvimos con nuestra familia plebeya.

Pero mi mentor y madre Elvira, la adaptaron a la sociedad noble. Disfrazándola de una fiesta de bienvenida, para celebrar nuestro regreso, de nuestro sueño en la jureve. Aunque esto es mucho más especial, que una ceremonia de compromiso noble normal; con intercambio de piedras, un montón de gente a la que no le agradas, chicas celosas y todo eso. Esto es solo con las personas que nos aman y que nosotras amamos profundamente.

‘Al ver la expresión de felicidad en el rostro de Rozemyne, siendo tan feliz, como yo. Solo puedo sentir una enorme gratitud, para con mi mentor. Cuando conoces al verdadero Ferdinand, al que es debajo de esa dura y fría armadura, que usa todo el tiempo. Es un hombre realmente cálido y atento, su amabilidad es difícil de entender. ÉL suele demostrar su afecto con acciones, no palabras vanas. Si dice algo o promete algo es porque lo cumplirá a cabalidad. Como dice Rozemyne, Ferdinand nunca comienza una batalla que no puede ganar. Y eso es lo que más me gusta de él. Cuando conoces a éste Ferdinand es realmente difícil no amarlo, a pesar de sus muchos defectos. Es por eso que lucharé con todo lo que tengo, para quedarme al lado de las dos personas que más amo en este mundo, mi mentor y mi hermanita’.

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