Pdv: Rozemyne. La misericordia de los Dioses.
Mi maná se había salido de control, durante la confesión de la bruja malvada. No pude controlar mi maná, mientras ella confesaba todas y cada una de las horribles cosas, que le hizo a Ferdinand. Yo, debido al tejido roto, sabía del acoso de Verónica hacia Ferdinand, pero no a detalle. No de ésta forma, y de la boca de la misma mujer, que planeó y ordenó estos tan condenables actos.
Ella confesó, que no solo puso en innumerables ocasiones veneno, en la comida de Ferdinand, cuando él era solo un niño pequeño. La malvada mujer, envió asesinos a matar a Ferdinand, tanto en el ducado como en la academia real. Planeó cosas cada vez más horrorosas, para deshacerse de él.
“Tranquila hermanita”. Había dicho Cattleya, abrazándome, e impidiéndome mirar a Verónica. Para que no la siguiera aplastando, con mi desbocado maná.
Luego Ferdinand se acercó a nosotras rápidamente e hincando la rodilla en el suelo, puso una piedra mágica en mi frente, para absorber el maná que se estaba filtrando, por mis agitadas emociones. Cuando se llenó esa, él puso otra inmediatamente después, diciéndome con un tono suave en su voz. “Tranquila mi Diosa bondadosa, todo estará bien”.
Pero nada estaba bien, al menos no para mí. “No Ferdinand, no está bien, esa malvada mujer te hizo todas esas cosas horribles……”. Yo respondí mirándolo con dolor e inquietud en mi corazón.
“Claro que no está bien, mentor”. Dijo mi gemela, con los dientes apretados, por la furia. Luego se alejó de nosotros diciendo. “¡¿Cómo pudiste hacer todo eso a mi mentor?. Maldita loca psicópata!”. Mientras rugía estas palabras cargadas de ira, mi hermanita apuntó y agitó su varita contra Verónica.
“¡Imperio!”. Lanzó una de esas maldiciones peligrosas.
Después vi con incredulidad, como mi salvaje hermanita le ordenaba a Verónica que se arrodillara, a los pies de Ferdinand. “¡De rodillas ante mi mentor, Verónica!”. Al escuchar esta orden, la mujer obedeció impotente, arrodillándose ante Ferdinand.
“¡Bwugh!”. Yo dije algo atónita, viendo la imagen de Verónica arrodillada frente a nosotros.
La ira de Cattleya, era muy similar a la de aquella vez, en que Shikikoza me jaló del cabello. Pero la forma fría, en la que estaba actuando me dio escalofríos, mientras decía. “Ahora pídele perdón a Ferdinand. Por todo lo que le hiciste”. Ordenó mi gemela, a Verónica. La cual extrañamente parecía estar consciente, de todo lo que estaba haciendo.
Por la furia y odio en los ojos de la mujer, me di cuenta de que el hechizo no invadió su mente, solo invadió su cuerpo. Esto hacía que Verónica fuera completamente consciente de sus acciones.
Y cuando Verónica comenzó a pedir perdón a Ferdinand. Yo lo miré, mientras él se erguía, mirando a su mayor enemiga humillada a sus pies, con una expresión venenosa en su rostro, que en el pasado me había dado pesadillas. Disfrutando del momento de venganza que le estaba ofreciendo mi salvaje hermanita.
“Perdóname……. Ferrr……dinand, por todo…. lo que te hice….”.
Mientras Verónica se disculpaba siendo forzada a ello. Y Ferdinand disfrutaba de la humillación de su mayor enemiga, con una sonrisa de Rey demonio en su rostro. Yo miré a los nobles presentes, los cuales trataban de mantener sus nobles composturas, ante el espectáculo frente a sus ojos.
También noté, que muchas damas entre la multitud, tenían horribles forúnculos con la palabra “Zantze roba novios”, pero con todas las cosas pasando, ni siquiera eran conscientes de ello. Asimismo, habían otras damas que sólo tenían forúnculos en el rostro, como Verónica.
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Juego de Shumil gemelos
Fanfiction¿Qué pasaría si Myne tuviera ayuda desde el principio? Si los Dioses le dieran una hermana gemela? Myne podrá ésta vez, salvar el jardín de los Dioses, con la ayuda de su nueva hermana? Podrá Yurgenschmidt sobrevivir a el par de shumil alborotadores...