Capítulo: 30. Caos en el ducado. (Parte 2)

467 46 12
                                    

Pdv: Ferdinand

Al día siguiente de mi reunión con Sylvester. Poco después de la cuarta campanada, mientras estaba sumido en el papeleo como de costumbre. Fran había traído mi correspondencia bastante tarde el día de hoy. Pero no me quejaré por eso, ya que por alguna razón al portero se le pasó una carta que estaba dirigida al sumo obispo Bezewanst.

Decidí leerla cuando vi el remitente. Era una carta de Wolf, pude reconocer su letra y su sello, no cabía la menor duda de que era de él. Pero ¿porqué le enviaría una carta a Bezewanst? Y ¿Qué relación tendría con él? ¿No se supone que estaba muerto?. Eran demasiadas preguntas sin respuestas, y la única forma de averiguarlo era leyendo la carta.

_____________________________

Estimado sumo obispo Bezewanst

Le escribo esta carta, con la esperanza de que la información que poseo le sea de utilidad en el futuro, porque me temo que para mí, ya es demasiado tarde.

Lamento informarle, que lady Verónica se ha enterado, de nuestros negocios con su sobrina lady Georgine. Creo que alguien nos ha traicionado, y le han informado sobre los pequeños cálices que han estado enviando desde Ahrensbach, para ser llenados en el templo, bajo su mando. En este momento, lady Verónica me está buscando, y no se cuanto tiempo permaneceré con vida. Pero he dejado instrucciones a uno de mis camaradas de más confianza, para que le haga llegar esta carta a usted, en caso de que yo no pueda hacerlo personalmente.

Asimismo, me gustaría pedirle como un último favor, que le informe de estos acontecimientos a lord Grausam de la provincia de Gerlach y a lord Sidonius de la provincia de Wiltord. Para que estén atentos a los movimientos de lady Verónica. De esta información, usted podría sacar un buen provecho.

_____________________________

Esta era solo la primera parte de la carta, y ya tenía un enorme dolor de cabeza.

_____________________________

Además, quisiera informarle algo de lo que me enteré recientemente. Se trata de un antiguo sirviente de la casa Joisontak, que contraté en mi tienda hace ya algunos años. Él me contó una historia de lo más interesante, sobre su antigua ama lady Rozemary. La cual en aquel entonces, era la tercera esposa de lord karstedt de la casa Linkberg.

Según el ex sirviente, la dama en cuestión, tuvo un conflicto con las otras esposas del caballero ya mencionado. Por lo que se retiró a la casa de su familia, pero esa no fue la única razón. La principal razón de su huida, fue que la dama noble estaba embarazada y por lo que me dijo el ex sirviente, la dama ocultó su embarazo hasta el final, dando a luz gemelas. Pero por desgracia, las niñas nacieron demasiado débiles y sin el suficiente maná, para quedarse en la casa Joisontak y mucho menos en la casa Linkberg.

Por esta razón, lady Rozemary le pidió al sirviente que se deshiciera de las niñas. El hombre obedeció la orden de su señora, y tomó la pequeña canasta, en la que las metió la esposa del sirviente, llevándoselas niñas para deshacerse de ellas. Pero el no pudo hacerlo. En cambio decidió mantenerlas con vida, e ir al templo de Ehrenfest, para dejarlas allí.

Mas cuando llegó a la puerta, ya era muy tarde en la noche, eso sumado al llanto de las niñas. Si intentaba entrar le harían muchas preguntas, así que se arrepintió en el último momento. Dejando a las niñas a su suerte, cerca de la puerta y huyó del lugar, esperando que las niñas murieran en medio de la noche, y que al día siguiente encontraran solo sus piedras mágicas.

Cuando estuvo de regreso, y poco antes de llegar a la casa de su ama, se enteró de que la dama había subido la imponente escalera, junto a todos sus sirvientes, ya que habían sido purgados, incluida su esposa. Él por supuesto huyó y se escondió en la ciudad baja de Ehrenfest, y fue allí donde buscó trabajo conmigo.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora