Capítulo: 128. Fiesta de la cosecha.

252 27 24
                                    

Pdv: Rozemyne.

 

La fiesta de la cosecha comenzó, con mucho movimiento. Con nuestros asistentes, los cuales eran el doble, empacando el doble de equipaje y trasladando todo a los carruajes. Una vez los carruajes estuvieron listos, partieron sin nosotras, ya que nosotras viajaríamos en bestia alta, o sea en mi “Lessy”. Por lo que Cattleya estaba toda pesada, diciendo que no viajaría conmigo si le daba esa forma a mi bestia alta.

“¡Oh, vamos Rozemyne! No te cuesta nada darle la forma de un lindo Shumil, a tu bestia alta, como nuestros Shumilbus, recuerdas?”. Decía esto mi gemela, mientras nos dirigíamos a las cámaras del Sumo Sacerdote, para almorzar con Ferdinand. Quien nos había invitado a almorzar, ya que nuestros chefs ya habían partido en los carruajes, y el chef de Ferdinand partiría más tarde, al primer poblado, el cual sería Hasse. Aunque habíamos dejado a nuestras asistentes Nicola y Monika a cargo de la cocina de las cámaras del director del orfanato.

“Cattleya, fue por tu propia imprudencia, por la cual perdiste tu bestia alta. Ahora tendrás que viajar conmigo, por lo que tendrás que atenerte a lo que yo quiera y a la forma que yo decida usar. Y quiero usar a mi Lessy”. Yo dije negándome a usar otra forma en mi bestia alta. ‘¿Por qué debería hacer otra forma, solo porque a Cattleya no le gusta mi Lessy?’.

“¡Oh, por favor! Sumos Sacerdote, detén a Rozemyne en ésta locura. Porque no hay forma en que viaje en esa cosa horrorosa que llama Lessy”. Se quejó Cattleya con desesperación ante Ferdinand, a penas entramos a sus aposentos.

El cual al oír el reclamo de mi desesperada gemela, levantó una ceja, luego dijo como si nada. “Cattleya, recuerdas el experimento que hicimos con sus piedras de bestias altas?”. Ante la pregunta de Ferdinand, Cattleya asintió con la cabeza. Ferdinand al ver éste gesto de mi gemela, continuó hablando. “Bien, entonces recuerdas que pudiste cambiar la forma a la bestia alta de Rozemyne?. Pues has lo mismo, que en aquel experimento, y asunto resuelto”. Dijo Ferdinand con una sonrisa malvada y astuta en su rostro.

“¿Eh? ¡Pero claro!”. Exclamó Cattleya golpeando la palma de su mano con su puño, cayendo en la cuenta. “¡Sumo Sacerdote, eres un genio!”. Elogió Cattleya con entusiasmo a Ferdinand, quien se veía complacido. ‘¡Oigan ustedes dos, no se pongan de acuerdo y conspiren en contra de mi Lessy, justo en frente de mí!’. Yo despotricaba en mi mente, mientras veía a esos dos compartir su disgusto por mi Lessy.

“Con eso fuera del camino, apresúrense a comer su almuerzo, para que partamos a Hasse lo antes posible”. Continuó diciendo Ferdinand, haciéndonos una seña con la mano para que tomáramos asiento en nuestros lugares en la mesa.

A lo que nosotras, nos apresuramos a tomar nuestros lugares. Yo que no estaba contenta con el acuerdo de estos dos villanos, que no me permiten usar a mi Lessy, dije en desacuerdo haciendo pucheros. “No es justo, es mi bestia alta, y yo quiero darle la forma que yo quiero. Y yo quiero a mi Lessy”.

“OK, hermanita, entiendo que te gusten los pandas rojos. Pero aquí esos animales son como mofetas o zorrillos de nuestro mundo anterior. Yo no quiero que me asocien con un animal que apesta o huele mal, sabes?”. Explicó Cattleya con elocuencia. Y yo no pude refutar su lógica, porque en realidad tenía razón. Ver a un par de lindas niñitas, montadas en una mofeta apestosa, no se ve bien, ni en éste mundo,  ni en el anterior……… Pero mi Lessy…….. “Además hermanita, trabajaremos en equipo como siempre. Tú te preocupas de manejar y yo de la forma, genial no?”. Continuó diciendo elocuentemente mi gemela, persuadiéndome de tal forma que no pude discutir con ella. ‘¡Maldición! Odio cuando Cattleya tiene razón, y no logro encontrar la forma de discutir lo contrario………. ¡No me agradan nada en éste momento, ustedes dos!’. Despotriqué internamente, mientras veía sus expresiones complacidas en sus rostros, por haber ganado esta partida.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora