Capítulo: 139. Mientras duermen. (parte 5).

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Pdv: Justus. Un largo y difícil día para mi Lord.

Después de esa inesperada reunión con Aub Dunkelfelger, en el despacho de Lord Sylvester. Lord Ferdinand regresó al templo, para monitorear la salud de las princesitas, y reanudar el trabajo.

Más tarde, después de almorzar con Lord Karstedt, quien aprovechó su descanso para visitar a sus hijas. Lord Ferdinand regresó con él, al castillo, para hablar con Lord Sylvester como había prometido. Sobre las herramientas mágicas de Schtappes de las princesitas, y sobre los hechizos y el idioma de los Dioses, omitiendo la información de sus vidas anteriores, en otro mundo.

Al llegar al despacho de Aub Ehrenfest, el hombre se veía tenso. Era obvio que Lord Sylvester no la estaba pasando nada bien, y eso me dio cierta satisfacción maliciosa. Porque mi Lord estaba teniendo unos días muy difíciles, y Lord Sylvester era uno de los principales responsables de todo lo ocurrido, a las princesitas. ‘Hacía ya mucho tiempo, que no veía esa mirada atormentada en los ojos de Lord Ferdinand’.

Al comenzar la charla, mi Lord le advirtió, a Lord Sylvester que no le enseñaría ninguno de los hechizos de las princesitas. A menos que esté dispuesto a hacer un juramento a los Dioses, y firmar un contrato mágico de confidencialidad.

En cuanto al origen y el poder de las princesitas, mi Lord echó toda la culpa a los Dioses; de todos los conocimientos de las princesitas y el extraño poder que poseen.

Para cuando mi Lord terminó de hablar con Lord Sylvester, Aub Dunkelfelger se volvió a conectar en la herramienta mágica de comunicación. A lo que Lord Sylvester rápidamente envió un ordonnanz a Lord Heisshitze, para que viniera a su despacho a hablar con su Aub.

Muy pronto, llegó un apresurado Lord Heisshitze al despacho de Aub Ehrenfest. Encontrándose con mi Lord, quien le dedicó una sonrisa maliciosa y astuta, mientras el hombre le ofrecía sus nobles saludos a Aub Ehrenfest.

Al terminar de saludar, Lord Ferdinand, dijo. “Espero y sirvas bien a mis Diosas, Heisshitze. Mañana temprano ven al templo para hacer tu juramento a los Dioses. Eso no es negociable”.

Lord Heisshitze, al escuchar estas palabras de Lord Ferdinand, abrió mucho los ojos con sorpresa. Luego preguntó. “Lord Ferdinand, está diciendo que puedo servir a las emisarias de los Dioses?”.

“Correcto Heisshitze. Tu Aub te informará y entregará tus órdenes ahora, no lo hagas esperar”. Respondió mi Lord, con la misma sonrisa venenosa. Luego se levantó para retirarse del despacho de Aub Ehrenfest.

“Lord Ferdinand, Deseo servir a las emisarias de los Dioses, con todo mi corazón. Juro que las serviré bien, las protegeré con mi vida y haré el juramento a los Dioses. Mañana temprano estaré en el templo”. Se apresuró a decir Lord Heisshitze, dando dos golpes en su pecho. Junto con una expresión de seriedad y determinación en su rostro. Aunque en sus ojos tenía una mirada de completa satisfacción y triunfo.

“No espero nada menos de ti, Heisshitze. Por lo pronto, hasta que la Diosa de la luz se levante”. Dijo mi Lord estas palabras de despedida, de manera informal. Ya reconociendo a Lord Heisshitze como un compañero, en sus esfuerzos para mantener a salvo a las princesitas. Luego mi Lord se retiró de regreso al templo.

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En cuanto a la familia Linkberg. Mi Lord se reunió con Lord Bonifatius, Lord Karstedt y lady Elvira, en la habitación oculta de las princesitas, para hablar con ellos, sobre la relación de los Dioses y sus hijas. Pero como Heidemarie, Eckhart y yo, estábamos al tanto de todo lo relacionado con las princesitas, se nos permitió participar de la conversación. Pero mi Lord nos dio la orden de no hablar de lo dicho en esta reunión, y nos ató por medio de nuestras piedras de nombre, solo por precaución.

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