Capítulo: 131. Recolección de otoño. (Parte 3).

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Pdv: Ferdinand.

Esta recolección de otoño, había sido un imprevisto tras otro. Yo sabía que la noche de Schutzaria, era diferente a las demás lunas llenas, donde florecían y crecían los frutos del Ruelle. Pero nunca pensé que esto pasaría, primero el intenso olor de las flores, el cual llamó a todas las bestiasfey que deambulaban en el bosque. Aunque no eran de gran tamaño, aún así, eran demasiadas para un grupo de caballeros tan pequeño.

De haber sabido que esto pasaría, habría aceptado la ayuda de Karstedt. En cuanto a la ayuda de Bonifatius, creo que Cattleya tiene razón, él hombre habría arrasado con todo el bosque…….. Habría sido más problema que ayuda. Y es por eso que rechacé por completo su ayuda. Con las locuras de Cattleya tengo suficiente, como nieta de Bonifatius ella sola es un peligro. ‘Y estoy seguro que la muy sinvergüenza se contuvo. Mmm……… Pero lo extraño de todo esto, además del color púrpura de las frutas Ruelle, fue el nivel de previsión de mis Diosas……… era como si ya supieran lo que pasaría. Pero eso es algo ridículo y no tiene sentido’.

Descartando estos absurdos pensamientos, me centré en la recolección que tenía por delante. Y maldije mi estupidez, por la cantidad de errores que cometí esta noche. Traté de ignorar el enojo y culpa, que estaba sintiendo, mientras veía a Cattleya verter su maná en la fruta Ruelle, con un poco de dificultad. Mis Diosas lo habían hecho magníficamente, en su primera recolección y casi sin nuestra ayuda……. ‘¡¡¡Maldita sea!!! Si no fuera por los instintos salvajes y reflejos veloces de Cattleya. Esa bestiafey, podría haber llegado a Rozemyne. Aunque no le hubiese hecho daño, pero si pudo haber robado su Ruelle’.

Estaba realmente enfadado conmigo mismo, sobre todo ahora que podía ver que Cattleya tenía razón, y la barrera no estaba dificultando el crecimiento ni impidiendo el ingreso del maná de la luna llena, dentro de la barrera. ‘Yo sabía que mi Diosa traviesa estaba enfadada conmigo. Y no la culpo, después de todos mis errores de esta noche y poniéndolas en peligro innecesariamente……….’.

“Mentor…… eeeh digo, prometido, no te preocupes, no sucedió nada malo y todo está saliendo bastante bien, verdad?. Así que no pongas esa cara, bueno?”. Dijo mi Diosa traviesa volteando a verme con una sonrisa satisfecha en su rostro. Luego continuó hablando, pero esta vez miró en dirección de Rozemyne. “Además deberías traer a Rozemyne aquí también, porque si se queda dormida en su bestia alta, eso no será nada genial, sabes?”.

“Estoy bien hermanita, no tengo demasiado sueño, puedo aguantar un poco más”. Dijo en protesta Rozemyne, pero luego bostezó y se frotó los ojos. Gestos de su obvio cansancio.

Por lo que le ordené que se acercara con su bestia alta, y luego le pedí que abriera la puerta del conductor, y sin darle tiempo de seguir discutiendo que no estaba cansada, yo dije apuntándola con mi Schtappe. “Accio”. Atrapándola en mis brazos, luego volví a lanzar un “Accio” para recuperar su piedra de bestia alta. Con Rozemyne segura en mis brazos, la ayudé a acomodarse y le entregué su piedra de bestia alta, para que la guardara.

Ahora que tenía a mis dos Shumil seguros en mi bestia alta, eché un vistazo rápido a mi alrededor, estudiando la situación. Y pude ver que Eckhart, Damuel y Brigitte, aún estaban en sus puestos de ataque con sus Schtappe en las manos. Al igual que Justus que seguía en su bestia alta, todos dando maná a la barrera, a la cuál miraban con preocupación.

Al ver con más detenimiento en la dirección en la que estaban mirando, supe el porqué de su preocupación. Todas las bestiasfey más grandes, se estaban comiendo a las más pequeñas y débiles, luego arremetían con todas sus fuerzas contra la barrera, mordiendo y arañando.

En su frenesí, las bestiasfey más grandes como no podían penetrar la barrera, comenzaron a aplastar a las más pequeñas y débiles. En sus desesperados intentos comenzaron a escalar la barrera, formando un muro de bestiasfey, las cuales se estaban haciendo cada vez más grandes y peligrosas. ‘Ya estoy más que fastidiado de éste montón de alimañas, queriendo dañar a mis Diosas’.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora