Capítulo: 55. Subyugación de Trombe. (parte 1)

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Pdv: Rozemyne

La vida en el templo era mucho más tranquila y placentera para mí, si la comparo con el tejido roto. Habíamos hecho una rutina de trabajo y estudio; con Rosina en el harspiel por la mañana, y después supervisábamos el trabajo en el taller del orfanato. Luego almorzábamos con Ferdinand, y más tarde le ayudábamos con el papeleo. Para cuando terminábamos con el papeleo, comenzábamos con los estudios. Antes de la cena bordábamos la capa de invisibilidad, la cual aún no estaba terminada por completo, por lo que la bordábamos a escondidas en nuestra habitación oculta, y pese a que el bordado no estaba por completo terminado, aun así funciona correctamente. Y por último cenábamos, y después de la cena, Ferdinand nos permitía leer un poco, así que leíamos juntas en la cama cómodamente. ‘Hhaaa… Esto era vida’. 

A pesar de que Katy se quejaba de la educación espartana de Ferdinand, lo estaba haciendo muy bien. Pero sin duda alguna, lo mejor de todo es que para los días de la tierra o fin de semana, podíamos visitar a nuestra familia del centro. Ellos ahora vivían más cerca, ya que se habían mudado al norte de la ciudad baja, muy cerca del templo. Benno nos había informado, que fue Ferdinand quién hizo esta petición.

'¿Cómo es que las cosas cambiaron tanto, solo siendo de la misma sangre de Karstedt?’. Yo me pregunté para mis adentros, dándome cuenta de la gran diferencia entre ser una niña devoradora adoptada y una hija legítima pérdida.

Y esto lo confirmaba más y más con el pasar del tiempo, con; las constantes visitas del padre Karstedt, del hermano Eckhart y el abuelo Bonifatius, que nunca nos dejaban demasiado tiempo solas. Las cartas de madre Elvira; su preocupación me conmovió profundamente, ella incluso organizó todos nuestros preparativos para el invierno en el templo, y de seguro se lo pasó en grande, encargando vestidos para Katy y para mí. 

‘El que no debe habérselo pasado muy bien con esto, de seguro fue el padre Karstedt...’. Yo pensé con un poco de culpa. ‘Mmm… ¿Tal vez deberíamos devolver algo de dinero? Lo más probable, es que mi gemela diga que no’. Como sea, entre todos los Linkberg, nos estaban consintiendo demasiado, en especial el abuelo Bonifatius… Quien obviamente adora a Katy, y no lo culpo, porque esos dos se parecen bastante, aunque no son de la misma sangre.

Esta vez, los preparativos de invierno para el orfanato, estuvieron listos mucho antes, y no tuvimos que gastar mucho de nuestro dinero. En todo caso entre las recetas que vendimos más las ganancias constantes del papel, y los otros productos, ya teníamos una pequeña fortuna. 

Entonces con mi hermanita decidimos comprar ropa abrigada para nuestros asistentes, y de igual manera a los niños del orfanato, y también pagamos los materiales para el trabajo de invierno. Lo demás se pagaría solo, con las ganancias del taller, como; la comida, la leña, velas, entre otras cosas.

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Pronto llegó el festival de la cosecha. Y tuvimos la mala fortuna de toparnos con el indeseable hermano Egmont. Por la forma desagradable en la que nos miraba el hombre, estaba planeando algo malo, pero como en ese momento éramos escoltadas por el hermano Eckhart, a los aposentos de Ferdinand, él no pudo decir nada, ni hacer nada.

Debido al peligro que representa el sacerdote azul, espía de la facción de Verónica, Katy había estado trabajando en algunas armas de defensa personal, como; “granadas de luz” o de “oscuridad instantánea”. Todas con bendiciones. 

“Oye hermanita, ¿no crees que estás abusando del poder de los Dioses?”. Yo pregunté un poco preocupada.

“¿De qué estás hablando hermanita? ¿Qué abusar? A caso, ¿no fueron ellos los que nos metieron en esto, en primer lugar? Mínimo ayudarnos en todo lo que necesitemos, no?”. Ella respondió a mis preocupaciones, con un montón de preguntas, mientras elaboraba su poción en la mesa de trabajo en nuestra habitación oculta.

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora