Capítulo: 73. Entrenando a los caballeros de mis nietas

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Pdv: Bonifatius

Siempre quise una hija, mas eso nunca se dio, por lo que puse todas mis esperanzas en que mis hijos me dieran una linda nietecita, pero después del nacimiento de Nikolaus me había resignado a mi destino. Aunque surgió una nueva esperanza en mis bisnietos, mas el primer hijo de mi nieto Eckhart fue barón, el pequeño Heidhart. Estaba feliz por Eckhart, pero decepcionado de que no fuera una niña, una linda bisnieta para consentirla. 

Cuando había perdido toda esperanza, los Dioses se apiadaron de mí, y me enviaron no solo una nieta, sino que dos maravillosas nietecitas. Cuando mi hijo Karstedt y Elvira me hablaron de ellas, no podía creer que siempre tuve lo que mi corazón deseaba, y ni siquiera lo sabía. Sin embargo, al leer la carta, me enteré de las difíciles circunstancias en las que habían nacido. Y para cuando fui consciente de lo injustas y difíciles que habían sido sus vidas… Nunca antes había deseado tanto matar a alguien con mis propias manos, como en ese momento. La maldita mujer, que trajo a mis lindas nietecitas a este mundo, también las intentó eliminar apenas nacieron. Pero las niñas lograron sobrevivir. 

‘Mis increíbles nietas son todas unas guerreras, se aferraron a la vida con todas sus fuerzas. Ellas son mi orgullo y mi alegría’.

En cuanto las vi por primera vez, pude notar el parecido con un par de pequeños y lindos Shumil. Eran tan adorables, pequeñas y frágiles, por lo que pude entender los temores de Karstedt. Y como yo no quería lastimarlas por accidente, entonces tomé mi distancia. Mas, las niñas no mostraron ni una pizca de miedo, en cambio se adelantaron y me saludaron correctamente con brillantes sonrisas, llamándome abuelo. 

‘¡¡¡Por los 7 eternos!!! Mis lindas nietecitas son lo más adorable y hermoso que jamás había visto en toda mi vida!!!’. Yo exclamé por dentro, al ver que las niñas eran reales y que verdaderamente tenía dos hermosas nietas.

En aquel primer encuentro, también pude disfrutar de una agradable conversación con ellas sobre muchas cosas, como; su familia adoptiva, sobre sus negocios y tendencias, sobre lo mucho que les gustan los libros, pero en especial, sobre superhéroes. Ya que Cattleya siente una profunda admiración por los hombres fuertes, que luchan por la justicia y defienden a los débiles. Y por eso a mí me comparó, con un superhéroe de su mundo anterior llamado “Hulk”. Aunque en ese momento, Karstedt estaba en una extraña y absurda competencia, por saber quien era más fuerte, otro superhéroe llamado “Superman”, o “Hulk”. ‘¡¡¡Pero no había necesidad de discutir, ya que “Hulk” aplastaría por completo a ese “Superman”. Jajajaja…!!!’.

Yo creí… No, en realidad todos nosotros creímos que las niñas eran frágiles, pero no podíamos estar más equivocados. Y esto quedó claro para la subyugación de Trombe, cuando Cattleya sometió y destrozó a un caballero de la orden, que se atrevió a ponerle la mano encima a su gemela Rozemyne. El muy idiota, no tenía idea de con quien se estaba metiendo. ‘¡¡¡JAJAJAJAA... MI NIETA LE DIO SU MERECIDO!!!’. Después de eso, no cupo ninguna duda de que eran mis nietas. Y estoy seguro, de que ellas se convertirán en excelentes damas caballero, trayendo honor y orgullo a la familia.

Cuando les preguntamos lo que había sucedido, no podía creer que lo sucedido había sido orquestado por mis increíbles nietas. Ellas habían dado caza a las “ratas traicioneras” por sí mismas, y no atraparon a solo una, sino que a tres. ‘No hay duda del favor de los Dioses hacia las niñas, pero en especial por Angriff el Dios de la guerra y por Schlageziel el Dios de la caza, quien las favorece sin reservas’. Yo me dije convencido, y en ese momento me invadió un profundo sentimiento de orgullo por mis maravillosas nietas. 

Pero también estaba furioso con Karstedt por ponerlas en peligro, y a su vez, estaba realmente furioso con el idiota que se atrevió a ponerle la mano encima a mis lindas nietecitas. No lo destrocé con mis propias manos, solo porque Karstedt y Ferdinand lo ocultaron de mí, impidiéndome llegar hasta él. Aunque oí que Ferdinand se divirtió con el idiota, antes de su ejecución. Y quien me informó de ello, tenía el rostro pálido, y parecía apunto de vomitar, mientras hablaba. Debo reconocer que el muchacho, ha hecho un buen trabajo protegiendo y educando a mis nietas. Además, gracias a él las encontramos a tiempo, antes de que fuera demasiado tarde. 

Juego de Shumil gemelosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora