Goku & Caulifla - Corazón Saiyajin.

90: El silencio y el frió que acompañan esos momentos.

15 Minutos despues.

Renso se encontraba esposado en la oficina del director de la prisión.
Al saiyajin lo habían sentado frente al escritorio, varios guardias de la prisión de mal aspecto lo miraban de forma intimidante, ninguna de las excusas del consejero del rey les eran validas o siquiera lograban que estos se compadecieran de el.

─Si, estaba intentando liberarla e intenta que lo comuniquen con el rey─ murmura alguien al otro lado de la puerta.

Esta se abre y entra el director de la prisión junto a un par de secuaces que trabajan para Frost, aunque vistan uniformes de las Fuerzas de Defensa de Sadala al no ser saiyajines resaltan por encima de los demás.

─¡Tengo derechos! ─¡Soy un consejero del rey y no pienso tolerar mas este trato! ─Fui razonable con ustedes hasta ahora, cuando Kyabe se entere de esto, muchas cosas van a cambiar por aqui─ les dice Renso a todos.

El director de la prisión le da una bofetada.

─Silencio, aqui usted no tiene ningun poder─ dice el director, mostrándose imponente y haciendo salir a los guardias saiyajin con un simple gesto de su mano.

─¿Que significa esto? ─¡No se quien se cree que es pero se mete con la persona equivocada!─ exclama Renso no dejándose intimidar, poniéndose de pie.

Uno de los secuaces de Frost lo toma por el hombro, dislocándolo y sentándolo a la fuerza de golpe, el saiyajin grita de dolor y se retuerce frenéticamente a pesar su deteriorada condición física.

─Parece que usted es el que no entiende─ le dice el otro secuaz de Frost dándole otra bofetada.

─Director explíquele a nuestro amigo como funcionan las cosas en este lugar─ ordena el secuaz que seguía presionando el hombro de Renso.

Renso intenta calmarse y opta por apretar sus dientes, aguantando el dolor.

─No tiene que explicarle nada, permitame el honor de hacerlo yo mismo─ pronuncia Frost con frialdad entrando de forma siniestra a la oficina del director de la prisión.

─Señor Frost─ titubea el director.

─Fuera─ ordena Frost sin siquiera mirarlo y el saiyajin sale sin chistar cerrando la puerta dejando solos a Renso y a sus dos lacayos que se mantienen firmes.

─¡¿Porque le das ordenes?!─ exclama Renso, adolorido y respirando con cierta dificultad.

Frost toma a Renso por el mentón y levanta su cabeza un poco a la vez que se inclina para verlo frente a frente.

─¡Tu estas bajo las ordenes de Kyabe y de las Fuerzas de Defensa de Sadala! ─¡Es suficiente de este circo barato!─ vuelve a exclamar el saiyajin esta vez tomando valentía y tratando de comprender lo que sucede en el lugar.

─¿Yo? ─¿Bajo ordenes de los saiyajin? ─Ni sueñes─ Frost responde al mismo tiempo que le da un puñetazo en el estomago que le saca todo el aire al hermano de Caulifla.

Renso cae al suelo y los secuaces de Frost retroceden quedando a ambos lados de la puerta, viendo con su amo quiebra las costillas del saiyajin propinándole una patada de forma brutal.

─Te contare un pequeño secreto, querido saiyajin─ le dice a un Renso que agoniza en el suelo, esposado e incapaz de moverse o defenderse.