Goku & Caulifla - Corazón Saiyajin.

118: Que la fuerza decida.

Las tres naves aterrizaban juntas, solo separadas a escasos metros de distancia la una de la otra.
Desde el cristal de la nave, Kyabe observa el terreno circundante, las montañas al fondo con la niebla que las rodea, algunas casas que le resultan muy extrañas en la distancia.

Viendo que nadie parece salir a su encuentro o que tal vez nadie ha notado su presencia en el planeta y tras esperar un poco a ver si podía percibir el ki de Kale y Caulifla el joven rey ordena desembarcar.

─Vamos, espero que nuestro informante no nos haya mentido ─Fue un viaje muy largo y es la primera vez que abandono Sadala desde que me coronaron como rey ─Y no me agrada la idea de haber dejado el planeta sin que nadie se enterara─ eran las palabras de Kyabe para sus hombres a la par que desembarcaban.

Pisando la suave hierba del lugar y respirando el aire fresco murmura.

─Es un lugar pacífico y muy remoto, empiezo a creer que ellas no están aquí.

Los seis saiyajines que le acompañan se forman detrás de el.

─Vamos a acercarnos a esas casas que vimos, preguntaremos si han visto a las fugitivas, sino las haremos salir, pero hasta donde sé, su estilo no es esconderse...

Todos asienten.

Mientras ven lo que parece ser alguna especie de sembradíos el grupo conversa entre si, detallando lo que pretenden lograr y la posible estrategia que han de seguir.

─Majestad, siendo siete contra dos tenemos la ventaja numérica, pero solo usted ha luchado contra ellas en el pasado, ninguno de nosotros podía compararse con las pandilleras...─ murmura uno de los saiyajin que acompaña a Kyabe, preocupado aunque intenta no demostrarlo.

Kyabe responde confiado y seguro de si mismo.

─Sé que Caulifla posee el Super Saiyajin Dios, pero ella no es el problema, a ella puedo detenerla yo solo, si ella no usa su poder divino, por eso vengo entrenando el desgaste de energía de mi transformación junto a ustedes, pero Kale me preocupa un poco...

─Comprueben sus radios y transmisores─ la nueva armadura incluía varios equipos integrados, solo tenían que tocar algunos botones en el torso para comunicarse o transmitir su posición entre si en caso de tener que desaparecer su ki.

─Comprueben sus armas, deben estar preparadas─ le indica Kyabe a dos de los saiyajin, cargan una especie de pistola con dardos tranquilizantes, cargados con el sedante que había sintetizado Frost.

─Si Kale se sale de control no pueden demorar en sedarla y colocarle las esposas para suprimir su ki, Caulifla entre tres de nosotros puede ser manejable, pero recuerden que la prioridad es capturarla, si nos lleva al limite no debemos dudar en acabar con ella sea como sea ─Igual pienso demostrarles lo mucho que he cambiado y buscaré mantener un 1 vs 1 con ella─ Kyabe aprieta su puño, aquel joven educado, modesto y amable parece desvanecerse al usar ese tono de voz altivo y cargado de ira.

─¿Cree qué ellas vengan a enfrentarnos?─ pregunta alguien.

─Es mas fácil así que tener que buscarlas por todo este planeta, mantengan su presencia al mínimo, pero que se enteren ─A Caulifla le gusta pelear y no rechazaría un desafío─ responde Kyabe concentrándose en percibir sus alrededores, no quiere ser emboscado aunque sabe que ellas aparecerían de frente.

El grupo hace caso y asiente, teniendo la primera de las casas que habían visto ahora a unos cuantos metros.

─Yo hablaré con los nativos─ indica uno de los saiyajin que acompaña a Kyabe y el joven rey asiente.