Goku & Caulifla - Corazón Saiyajin.

147: Una nueva era.

Sexto Universo.
Sadala.

Por toda la capital del planeta habían incendios y mucho humo, los cadáveres abundaban por doquier, una escena dantesca y trágica.
Las peleas habían cesado en la ciudad, sin embargo la resistencia por parte de los saiyajin que huyeron continuaba en las afueras y en otras regiones de Sadala.

En los restos del cuartel general de las Fuerzas de Defensa de Sadala se encontraba Frost junto a un grupo reducido de sus secuaces y un nutrido grupo de prisioneros.

─Mi señor, me informan que nuestros hombres caen rapidamente al intentar subyugar a los saiyajin en las afueras de la ciudad, el saiyajin promedio es superior a cualquiera de nuestros soldados.

─No se que podía esperar de unos buenos para nada─ se lamenta el demonio del frío.

 El alienigena se mostraba estoico y conciso al presentarle su informe al demonio del frío, el y los demás secuaces vestían armaduras con un nuevo diseño, por ironías del destino similares a las de aquellos que servían a la contraparte de Frost en el Universo 7.

Todo para diferenciarse de aquellas armaduras y uniformes utilizadas por los saiyajines en Sadala.

─En fin, era de esperarse─ murmura Frost golpeando el suelo con su cola.

─¡Los saiyajin jamás nos rendiremos ante ti!─ exclama uno de los saiyajines sometidos en el lugar ante el demonio del frío, un acto desafiante que dejaba muy en claro la naturaleza de estos.

Y dejando muy en claro su propia naturaleza, sin voltear y sin inmutarse Frost apunta hacia su izquierda y perfora el corazón de aquel saiyajin con un tenue rayo de la muerte.

─Malditas moscas molestas, este lugar esta lleno de ellas─ murmuraba Frost bajando su mano lentamente.

Ante los pies de Frost yacía Kyabe, el rey seguía inconsciente y en un giro del destino se encontraba esposado con las mismas esposas que le había colocado a Caulifla y Kale en el pasado.

─Nos retiramos, no tenemos forma de conquistar el planeta, simplemente no tengo suficientes tropas─ exclama Frost sorprendiendo a todos, a los saiyajin, a sus propios hombres.

─¿Qué es lo que planeas?─ pregunta Savah, temeroso de lo que puede hacer el demonio del frío.

─Traigan al tonto de Kyabe, al anciano y ejecuten a los demás prisioneros─ ordena Frost, señalando a Kyabe y Savah respectivamente mientras el lugar cobra vida propia con los gritos de todos.

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Los secuaces de Frost los sujetan y el grupo se retira hacia una de las naves sin encontrar mas que una leve resistencia por parte de algunos saiyajin quienes intentaban que no se llevaran al rey. 

Todo de forma fútil.

Minutos después las naves en las que habían arribado Frost y sus hombres se retiran hacia la órbita del planeta. 

En el interior de la nave, Savah miraba a Kyabe y luego a través del cristal de la nave, su planeta.

─Excelente─ exclama Frost.

─Transmitan la orden de derribar cualquier nave que intente abandonar el planeta─ murmura al ver algunas naves de las Fuerzas de Sadala alejarse en el espacio circundante al planeta.