Goku & Caulifla - Corazón Saiyajin.

152: Un encuentro para la posteridad.

Dos días después.
Planeta Tierra.

Milk y Gohan conversaban en las afueras de la casa, en el Monte Paoz.
Goten hacia su tarea adentro, con evidente fastidio pero manteniéndose obediente a los designios de su madre.

─Tu padre esta actuando muy extraño, ahora desaparece sin decir nada ─Es que cuando lo agarre, no se va a salvar de todo lo que tengo que decirle─ Milk se mostraba firme, decidida, pero no podía ocultar el disgusto y el sentirse apartada.

El saiyajin híbrido trata de conseguir un punto medio, sabiendo que no es tarea fácil en estos casos.

─Es que, madre... Deberías calmarte ─Sabes que papá siempre se apasionó con esto de los entrenamientos, pero volverá pronto.

La mirada inquisidora de Milk se posa sobre el joven.

─Gohan, dime la verdad ─¿Tú sabes por qué tu padre actúa de forma tan extraña últimamente? ─No me digas que anda entrenando a esa chiquilla, la saiyajin esa.

Gohan retrocede nervioso.

─ P-pues... Y-yo no lo se, madre, no se nada de los entrenamientos... Jaja de seguro debe estar entrenando con el Señor Whis.

─Y con esa saiyajin, aunque lo niegues─ cierra la mujer debatiéndose entre la ira y la amargura más profundas.

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Mientras tanto...

La chica se había esforzado al maximo para cuidar de la isla, la falta de cazadores furtivos era compensada por nuevas labores, el catalogar a los animales, las plantas, recorrer la isla palmo a palmo comprobando el estado de la fauna y la flora, una labor atípica para una saiyajin.

Pero aprendía rápido y el contacto con la naturaleza la hacía sentir tan bien.
Pese a no querer dejar la isla, 17 insistió en que debía tomarse un día al menos.

Ahora se encontraba en las montañas, visitando a quien consideraba uno de sus primeros amigos en la Tierra.

─Nunca se me hubiera ocurrido que terminarías como Aprendiz del Supremo Kaiosama y como guardabosques en la isla de Numero 17 ─Tu progreso, no como guerrera, sino como persona es admirable─ Piccolo mostraba una sonrisa de aprobación.

Kale se sonroja.

─Gracias Piccolo ─17 insistió en que visitará a los demás y les diera sus saludos...

Piccolo se sentía orgulloso al ver que la chica había puesto en practica sus enseñanzas iniciales.

─A mi también me agrada que vinieras a visitarme ─¿Está vez te quedaras en la Tierra? ─Supongo que si, te ves igual a el con esas ropas ─¿Quieres un cambio?

─Sí, pienso quedarme en el Universo 7 ─Y sobre la ropa pues...─ la chica asentía con la cabeza.

─Espera... ¿Con los poderes y el entrenamiento del Supremo Kaiosama no puedes hacerlo tú misma?─ pregunta el namekiano confundido.

─No lo he intentado─ murmura la saiyajin arrugando su frente, Piccolo suspira ante la negativa.

─Es simple─ asiente el namekiano empleando su magia para devolverle la ropa original que poseía en el pasado, conservando el brazalete de "Ranger".