Cap 14. Trabaja y estudia.

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MAKARENA

«Mi preciosa, quiero amarre. Déjame hacerlo. »

Me dice Sebak. Lo pensé por un segundo, sé que lo estoy castigando, prácticamente he sometido, al egocéntrico y creído doctorcito. Está deseando tenerme.

Claro que sé muy bien que he sido un codiciado premio, y eso es exactamente lo que él quiere. "Follarme", aunque sé que lo hace con amor, puedo verlo en sus ojos.

Me carga nuevamente y cuando entro a su habitación, la cama está llena de pétalos de rosa. No sé en qué momento entró y encendió algunas velas, pero el aroma es delicioso.

- Guau, Sebak, esto es hermoso -le digo mientras él está muy entretenido besando mi cuello.

Me lleva cargada a horcajadas y poco a poco me deposita en la cama. Se quita sensualmente la camisa. No lo había notado antes, pero tiene un cuerpo precioso. Es guapo y musculoso, todo un Dios griego.

Se desabrocha el pantalón y lo baja. En realidad, estoy ansiosa y nerviosa, ya que la vez anterior me dolió mucho. "El doctorcito fue un bruto y me lastimó".

Él se acerca y comienza besando mis hombros, soltando las tiras de mi vestido. Luego, me volteo un poco y desabrocha por completo el vestido, quitándomelo por completo.

Quedo en bragas y sujetador. Él me mira y dice algo en un idioma que no conozco.

- (Realmente eres una diosa, Maka): "Je bent echt een godin, mijn Maka."-

Me levanta de la cama y él se sienta. Me acerca a sus piernas, yo todavía de pie, entre sus extremidades.

Lentamente, retira mi sujetador y luego baja mis bragas poco a poco, dando besos húmedos en mi piel en el proceso. Esto es delicioso y muy sensual.

Sus manos exploran mi cuerpo con suavidad, acariciando cada centímetro de mi piel. Sus labios encuentran los míos en un beso apasionado, mientras sus manos continúan su danza por mi espalda, mis muslos y mis pechos.

Siento cómo su deseo se intensifica y sus manos se vuelven más audaces, acariciando con firmeza mi zona íntima. Cierro los ojos y me dejo llevar por las sensaciones, entregándome por completo a este encuentro lleno de pasión y deseo.

El ambiente se carga de electricidad mientras nuestros cuerpos se entrelazan en un baile erótico. Sus manos expertas exploran cada rincón de mi ser, haciendo que mi excitación crezca sin control.

Sus labios recorren mi cuerpo, desde mis pechos hasta mi centro. Su lengua entra en contacto con mis labios mayores y la sensación es tan placentera que no puedo evitar soltar gemidos.

No tarda en llevarme al éxtasis. Aunque hoy estoy más nerviosa que la última vez, porque estoy pensando en lo que vendrá después... cuando él penetre en mí.

Por un instante, alcanzo la gloria y los temblores llenan el ambiente. Es increíble, pero estoy atenta cuando él se levanta y en un abrir y cerrar de ojos se quita la ropa interior. Se acomoda entre mis piernas y levanto la cabeza para ver cómo toma su miembro y lo frota contra mi centro. En un solo movimiento, gira conmigo y quedo encima de él, montándolo. Él me besa suavemente y me dice:

- Montamé preciosa,, así no te dolerá tanto y tú controlarás cuánto aguantas - me dice.

Me enderezo un poco y él me guía, acomoda a su miembro en mi entrada y me mira a los ojos. Bajo lentamente y la sensación de plenitud es deliciosa. Mi carne se expande y al estar previamente húmeda, me dejo caer lentamente. Siento una ligera molestia, pero veo los ojos de Sebak dilatados y su cara de excitación.

Salgo nuevamente y vuelvo a bajar, Sebak pone sus manos en mis caderas y me ayuda a marcar el ritmo. Después de unos segundos, empiezo a gemir cada vez que me penetra y es maravilloso, delicioso, quiero más.

Me doy cuenta de los movimientos de pelvis de Sebak y, después de un momento, él gira nuevamente. Ahora quedo debajo de su cuerpo y este atractivo hombre, mi novio, comienza a embestirme tan fuerte y deliciosamente que rápidamente llego a otro orgasmo.

Vibro y él hace lo mismo, se corre dentro de mí. Jadea y cae a mi lado, respirando agitadamente. Me mira a los ojos y me dice:

-Te amo, preciosa, me has hechizado - me dice. Lo abrazo fuertemente.

Sebak se acomoda y me recuesto en su pecho. Poco a poco, cierro los ojos.

°°°°

Despierto, volteo y veo que la habitación está arreglada y hay música en los altavoces. Busco una camisa y salgo de la única habitación en el pequeño apartamento.

Sé que Sebak no es rico, como yo lo soy. Llego a la sala y lo veo en la cocina, solo con unos pantalones de chándal.

Camino hacia él. Mi entrepierna no me duele como la vez anterior, aunque sí siento algo de molestia.

Él voltea y sonríe, caminando hacia mí.
-Despertaste, preciosa. ¿Cómo te sientes? -pregunta.

-Bien. Seb, ¿qué cocinas? Huele delicioso -le digo. Él sonríe.

-Tienes hambre. -Asiento y él me sirve huevos con tocino, tostadas y jugo de fruta.

Pruebo sus huevos revueltos y están deliciosos. Gimo; su sabor es exquisito.

Luego de desayunar Sebak me invita a ver televisión, encontramos una serie y me quedé el resto del día con el.

Sebak, es lindo y está muy pendiente de mi, al finalizar la tarde me lleva a casa, pero antes paramos en una farmacia y como deyabu trae nuevamente su pastilla anticonceptiva.

- Mira preciosa, tómala. - lo hago no quiero sorpresas y mi abuelo me mataría.


- Te sacaré una cita con una ginecóloga. -me dice de la nada, y yo lo miro sorprendida.

- ¿A mí, por qué? -exclamo, y nuevamente Sebak me besa.

- Preciosa, es para que inicies un método anticonceptivo seguro. Podría preñarte, y aún eres muy niña -me explica, dejándome un poco asombrada.

- Podrías usar condón -respondí, pero Sebak niega con la cabeza.

- Ni lo pienses, preciosa. Quiero siempre sentir tu piel -afirma.

Llegué a casa y ahora no sé qué hacer; estoy algo aburrida.

Sonrío al ver un lindo mensaje de mi doctorcito.

- «Preciosa, te pienso mucho. Gracias por confiar en mí. Ya te amo. Tu doctorcito.»✓✓

Sebak es dulce, aunque algo posesivo.
Solo le respondo con un besito. Bueno, que agradezca que le estoy contestando y no lo dejo en visto.

Los días pasan y todas las tardes me encuentro con mi querido y guapo novio Seb. Es especial y me consiente mucho. Esta semana, después de ir al ginecólogo por mis pastillas anticonceptivas, me llevó a su apartamento e hicimos el amor.

He pasado alguna que otra noche en su casa, pues mi abuelo no está, pero como siempre, mi noviecito no es rico; trabaja y estudia.

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SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora