Cap 109. Peligrosa.

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MAKARENA

Jaja.—

Estamos en el salón, nos tomamos unos tragos y celebramos.

Bueno, señores, buenas noches—, digo mientras me levanto. Le doy un beso suave en la boca a Sebak, sin disimular.

Mi amor, duerme conmigo—, me pide él. Niego con la cabeza. —No puedo, mi doctorcito, dormiré sola, ok.— Sebak asiente como un niño regañado.

Voy donde Yanka y le doy su beso. Él me jala hacia sus piernas y me pide lo mismo. —Mi conejita, por favor, ya entendí, no me castigues. Te amo y te deseo. Permíteme dormir contigo hoy, amor—, me dice Yanka suplicante, pero niego de nuevo.

Por último, Luci. Él casi llora mientras se levanta conmigo. Después de darles besos en la mejilla a León y Senne, me voy a mi habitación.

Mi vida, por favor. Si dormirás solita, ¿quién te arrullará? Sabes que te gusta mi compañía—, insiste Luci. Niego con la cabeza mientras pienso: Castigo es castigo, ¿quién los manda a despreciarme? Sufran, mortales...

No, Luci, dormiré sola y es mi última palabra—.

Ingreso a la habitación que Mikael destinó para mí.

Toma, mi hermosa Pantera—, me dice, dándome mi celular. Lo había dejado en la fiesta... o, en realidad, Luci lo tenía.

Gracias, amor—, le digo mientras le doy un beso y cierro la puerta en su cara. Sonrío para mí. Nadie me desprecia y se queda así. Sufre, nene.

Me baño, me pongo una pijama, me acuesto en la cama y reviso la hora. Ya ha pasado más de una hora. Desbloqueo mi celular y veo mensajes de todos, incluido mi "Cucaracha".

Ya te dormiste, Cucaracha. Quiero mimos. ✓✓— le escribo.

Sus deseos son órdenes, mi Princesita. ✓✓— dice el mensaje, y dos minutos después escucho la puerta.

Abro, y ahí está mi tierno Cucarachón. Me le tiro encima, a horcajadas, y él me carga riendo.

Eres una niña traviesa, mi Princesita. Te amo mucho, te extrañé—, dice, besándome, y yo a él.

Cerramos la puerta con seguro y seguimos con nuestro beso ardiente...

El beso de mi Cucaracha no tiene fin, cada segundo que pasa su cuerpo se pega más al mío, y el calor que recorre mi piel es casi insoportable.

La chispa que siempre hay entre nosotros se ha transformado en un fuego abrasador. Mis manos recorren su cuello, bajando por su pecho mientras nuestras respiraciones se mezclan.

Eres peligrosa, mi princesita—, susurra con voz ronca contra mis labios, y sus palabras solo hacen que lo desee más.

—¿Eso te gusta, Cucarachón?— murmuro, mordiéndome el labio. Su respuesta es un gruñido bajo mientras me levanta y me lleva hacia la cama.

Mi espalda choca contra las sábanas, pero ni siquiera noto el frío de la tela. Todo lo que importa es la manera en que su cuerpo se mueve sobre el mío, cada roce de su piel provocando olas de placer. Mi respiración se acelera cuando sus manos recorren mi cuerpo, despojándome de mi pijama y mis bragas.

No puedo evitar reír entre jadeos. Este hombre sabe lo que hace, y eso me vuelve loca. Le quitó rápido y sin delicadeza, su camisa dejando a mi.bista esos abdominales y su pecho bien trabajado, llegó al broche de su pantalón y en un solo movimiento lo despojo de todo.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora