Cap 156. Por tí por mi hijo.

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MIKAEL MAISTER

Hijo, felicidades. Que no se diga que no lo intentamos, pero si estás seguro, valdrá la pena. —dice mi tío Cyrill.

Me abraza. Ellos siempre han sido el reemplazo de mi padre, no se aprovecharon de que era un chiquillo cuando él murió. Al contrario, siempre me han apoyado. Por ellos soy lo que soy.

— ¿Y los muchachos? ¿Por qué no asistieron? Recibí sus disculpas, pero sin explicaciones. Saben que esto es muy importante para mí. —les reclamo por la ausencia de mis socios comerciales.

Lo siento, hijo. No asistieron, prefirieron tomar vacaciones. Ya sabes, aprovechar que aún pueden viajar por el embarazo de Makarena. —completa mi tío Filipe.

¿Pero soy yo o escuché mal? ¿Acaso dijo "embarazo"? —¿Embarazo? —pregunto, haciéndome el desentendido.

— Sí, hijo. Makarena nos regalará otro heredero, ¿no es una maravilla? —dice Cyrill sonriente.

Y es reciente, me imagino. ¿Cuánto tiene? Quizás un mes. —pregunto, sintiendo cómo mi corazón late con fuerza. Será lo que estoy pensando. Esa vez ella me pidió la pastilla y nunca se la conseguí.

No lo sé con certeza, pero es más avanzado, hijo. Los chicos están felices, aunque creo que este mes sabrán el sexo. —termina mi tío Filipe, y mi corazón está empezando a sufrir un paro... respiratorio.

Pero, hijo, si estás seguro y amas a Emma, no se pudo hacer más. Muchas felicidades. Quiero ofrecerte una disculpa por lo de Makarena. Nunca debimos obligarla. Aunque es fuerte, nunca aceptó realmente. —Mi tío Cyrill y Filipe me están confesando sus fechorías, y ahora me doy cuenta de que mi Pequeña Sabandija solo fue una víctima.

— ¿Qué? ¿Cómo así, tío Cyrill? —No le permitimos ver a nuestra princesa. Así acosamos a los chicos para convencerla, aunque ella nunca quiso y no aceptó; lo que sí es que liberó a Lucienne de algún compromiso con la familia. —termina Filipe.

Aunque estaba desecha cuando volvió, quería tomar a Lucienne e irse, abandonarlos a todos. Pensamos que perdería al bebé. —dice Cyrill, y yo estoy negando con la cabeza. Este par de viejitos son manipuladores. Debo saber la verdad realmente.

Tíos, debo hacer una llamada. ¿Me permiten? —Prácticamente salgo corriendo de la habitación.

La ceremonia será en una hora. Ya está todo listo; incluso Emma ya está lista. Pero estoy desesperado. Aquí pasó algo y debo averiguarlo.

En verdad la Pequeña Sabandija logró enamorarme, pero no seré parte de su juego, y ese fue su precio.

Recuerdo a Lucien. Hace días hablé con él y me comentó que se estaba recuperando, que tenía mucho entusiasmo, y que su fisiatra era Sebak. Debe estar con ellos. Él y León siempre han sido inseparables.

Marco el teléfono y pongo la videollamada. Aparece su cara sonriente, está sin camisa.

— ¡Hey, Mika! ¿Cómo estás? Lamento no acompañarte, felicidades. —me dice desde una banca en la playa o algo así.

— ¡Oh, guau! ¿Dónde estás? Veo palmeras. ¿De vacaciones en familia? —pregunto.

Exactamente, aunque es noviembre, aquí el clima es genial y comparto con mi Chiquita y con ella. —me dice Lucien.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora