Cap 134. Malícia

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MAKARENA

Camino por los largos pasillos de la hacienda, luzco un sobretodo negro y debajo un traje de baño de una pieza rojo, con algunos escotes algo atrevidos.

Está en el jardín bebiendo té, café o alguna mierda, chocolate será, en realidad no conozco sus gustos.

Veo de reojo que me observa, yo camino como lo que soy, una Reina.

Exactamente no sé qué hacer, no acepté nada, no soy su puta ni la de mis esposos.

Si cojo, lo hago con quien yo quiera y desee, y por el momento a Mikael Maister no lo deseo, pero confieso que me revolvió la mierda y tengo un pivote. El estúpido estirado se atrevió a enfrentarme y lo peor es que tiene razón.

Pero me molestó que, en su infinita elegancia, se atreviera a insultarme y a tildarme de zorra.

Mi conciencia me pide sensatez, pero mi ego me dice que lo conquiste y lo humille, que le haga tragar sus palabras por tratarme como si fuera una zorra.

En mi guerra interior gana mi ego, me suelto la bata, hago unos movimientos sexis y me zambullo en la piscina.

El agua está caliente y deliciosa, nado y me relajo. Hoy viene mi nuevo fisioterapeuta, es un amigo de Sebak, él lo dispuso.

Mis guapos chicos se fueron hace tres días, y la verdad es que me siento sola. Prácticamente me la paso molestándolos casi todo el día, tanto que he tenido sexo virtual con cada uno de ellos, nos tocamos delante del otro hasta corrernos.

Estoy tan metida en mis pensamientos y nadando que no noto al hombre cerca de la piscina.

Levanto la vista cuando noto que dice algo, pero no oigo.

Limpio mi rostro y pregunto, haciéndome la inocente:

Lo siento, Mika, ¿qué decías? — pregunto haciéndome la tierna niña.

Te buscan, el fisiatra está esperándote — lo dice de manera odiosa y prepotente. En estos tres días, después de nuestra conversación en la cena de despedida de mis chicos, este idiota me trata como la peste, mal y despectivamente.

Ah, ¿sí? ¿Me ayudas? — levanto mis manos como niña consentida para que Mika me cargue. Este hace un gesto horrible, pero me da su mano.

Mi ángel malvado susurra... Y decido poner a prueba mi primer paciente en psicología y TOC. Aseguro mi pierna, y aunque me duele, lo soporto y termino echando a Mika al agua. Este cae a la piscina y de inmediato la perfecta viene corriendo como loca y me grita:

— ¡Eres una niña estúpida! Le dará un ataque, ¡él sufre de TOC! ¡Niña estúpida! ¡Ayuda, ayuda! — grita.

Mika nada, se levanta en la piscina y me ve. Se aproxima a mí, importándome poco que Emma esté en la orilla.

— ¿Qué pretendes, Makarena? ¿Causarme un ataque? — lo dice furioso.

Niego, sonrío y lo reto con la mirada.

Bueno, en realidad quería medir tu nivel de tolerancia. Tu trastorno no es tan fuerte... estás en un nivel... — me hago la profesional psicóloga en evaluación de un paciente y continúo — ...cinco, cuatro tal vez. Tendré que hacer más pruebas — le digo y sonrío.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora