SOY MAKARENA GALLEGO. « La Reina ».

Cap 133. Algo más.

MIKAEL MAISTER

—Señor, bienvenido. —Me saluda mi hombre.
—¿Cómo estuvo todo? —Le pregunto a Lorenzo, un gran escolta. Lo dejé a cargo de la seguridad de ella, pues desde que llegó a la hacienda ecuestre Maister, tuve que viajar a Italia.

—Señor, normal, solo el plan de los señores Hoffmann y Lombart. —Me informa Lorenzo.

—Ya sabes, Lorenzo, ni una palabra. —Lo miro fijo a los ojos. —A nadie.

Lorenzo me llamó hace días y me comentó sobre una conversación que escuchó. Era un tema delicado: mis tíos se imponían y obligaban a sus hijos a aceptar y, a la vez, convencer a la pequeña de conquistarme.

Según Lorenzo, ellos se oponían y estuvo fuerte, tanto que Senne golpeó a su padre, pero al final mis tíos se salieron con la suya.

Ellos creen que podrán utilizarme, que seré estúpido y me enamoraré de ella así no más.( Jajaja.) Si lo acepto, la pequeña sabandija es hermosa, pero no más.

—Lo tengo claro, señor. —Me contesta. Lorenzo es su escolta. Lo destine para ella, pues Julien también salió herido y solo la acompaña Michelle.

Pero Lorenzo me reporta a mí, y en eso se dio esta información.

Llego a casa y saludo a Emma, está esperándome con un hermoso traje a medida, de color beige y una camisa rosa. Emma, como siempre impecable, ordenada, sumisa y elegante.

Me saluda con una bella sonrisa. Emma sabe que odio el contacto físico y las demostraciones afectivas de cariño.

Traigo los huevos azules; no he follado en días, exactamente 20, y ya siento necesitarlo.

Cuando la veo venir, me es inevitable no admirarla. Esa belleza que luce la pequeña sabandija es increíble.

Pongo a prueba las palabras de Lorenzo y, efectivamente, ellos están muy relajados. Bueno, más o menos, pero en un momento Yanka no lo tolera y me hace saber su inconformidad.

—Es hermosa mi esposa, ¿cierto, Mikael? —Me dice Yanka, y la pequeña se atora.
—Sí, Yanka, muy hermosa, roba las miradas. —Le contesto de manera descarada.

Lástima por Emma, pero ella aceptó mis condiciones. Si le molestó, que se largue, encontraré otra prometida para follar.

León intenta cambiar el ambiente, pero yo quiero seguir; estoy ofendido, no soy un estúpido que puedan manipular, y si ella decide meterse en este juego, saldrá mal parada. No por nada lideré esta mafia desde los 15 años.

—¿Y Lucien? Pensé que estaba aquí. —Hago la pregunta, sé que es un punto débil, me he enterado de toda su historia.

—No, se fue hace días. Solo vino por negocios. —Contesta León, pero lo que quiero es ver su reacción.

—Pensé que era por la pequeña. No creo que puedan negarlo. —Respondo, pero el imbécil de Yanka intenta ocultarlo.

—¿Cómo? ¿Lucien vino? ¿Por qué no lo vi? —Pregunta ella entre sorprendida y triste. —Sí, amor, lo siento. No quiso verte. —Ella hace un gesto de dolor, pero me molesta ver el rostro alegre de Emma. La odia.