Cap 49. El rapto.

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YANKA LOMBART

El tiempo corre y Sebak no se ha dignado a enfrentarme, aunque ya sé cuál será su respuesta.

Aun así, no me fío, y tengo todo preparado. La invitación de la boda llegó, pero prefiero declinarla.

Con mis mejores hombres, hemos planeado el rapto de manera discreta, sin tanto alboroto.

Tengo información de que la novia será transportada en un automóvil de época, muy elegante, al estilo limosina, desde el penthouse hasta la catedral.

El problema principal es su guardaespaldas, Michelle, el hombre de confianza de Lucien. La idea es llevárnosla desde el automóvil.

Gabriel y Matías, mis hombres, asienten ante mis órdenes y se dispersan para ajustar los últimos detalles.

La operación tiene que ser rápida, eficiente y, sobre todo, limpia. No podemos dejar ningún cabo suelto.

He ordenado que un grupo se encargue de neutralizar a Michelle, preferiblemente sin que se percate de lo que ocurre.

Si todo sale según el plan, en cuanto se detengan en el primer semáforo, interceptaremos el vehículo.

Matías neutralizará al conductor, mientras Gabriel se encargará de abrir la puerta trasera. Yo mismo iré por ella.

No habrá disparos ni violencia innecesaria. Necesito a Makarena ilesa, sin un rasguño. No quiero un solo error.

Una vez que todo esté en marcha, desapareceremos con ella por una ruta alternativa. Nadie sospechará hasta que sea demasiado tarde, y entonces, ya la habremos sacado del país.

No me preocupa lo que Lucien pueda hacer. Él puede buscarla, pero no la encontrará, al menos no hasta que yo decida que es el momento.

Un golpe seco en la puerta me saca de mis pensamientos. Sebak finalmente ha decidido aparecer.

-Sebak -digo sin apartar la vista de los mapas y planos que cubren la mesa.

Sebak entra con paso seguro, pero hay una tensión palpable en el aire. Cierro el mapa con un movimiento rápido, cubriendo los detalles del plan. No necesita saberlo todo, al menos no por ahora.

-¿Tienes algo que decirme? -pregunto, sin mirarlo directamente.

Sebak se queda de pie frente a mí, con los brazos cruzados, observándome fijamente.

-Ya lo pensé, no tengo opción, o es contigo o la perderé para siempre -dice mientras se dirige al bar, se sirve un trago y lo bebe de un solo golpe. Luego vuelve a mirarme-. Tengo una condición.

Lo conozco bien, sé que está desesperado, y su petición es más una súplica que una demanda.

-¿Una condición? -Sonrío, Sebak no está en condiciones de exigirme nada.

-Una petición como tu hermano -dice, y hago un leve asentimiento.

-¿Qué es?

-Si de verdad la quieres para ti, y la compartiremos. Makarena es difícil y no será fácil, Yanka. ¡Prométeme que no la forzarás! -me pide, y entiendo su solicitud; está pensando en ella, en su bienestar, y no quiere que la lastime.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora