Cap 71. El gemelo.

98 9 0
                                    

SEBAK LOMBART

Camino de un lado a otro. Hace tres días exactamente dejamos a mi Maka en Mons, y estoy algo inquieto; sé que está con Senne, pero sé que ver a Charlotte será tedioso.

Hablé con Senne y dijo que tenía controlada la situación; no me contó más, pero me preocupa.

Quisiera verla y devolver el tiempo a cuando ella era solo mía y yo suyo, aunque fuese en ese pequeño mini apartamento en el cual la sometí a vivir conmigo.

Creo que no la adoré y amé lo suficiente, pero lo haré, "que me vuelva a amar", aunque ahora tendré que compartirla con mi hermano.

Veo entrar a Senne en la sala y me asombro.

—¿Y Makarena? ¿Por qué volviste? —le pregunto.

Está a salvo con "Franco", el perro de mi padre. —dice, y me exalto.

—¡¿Qué?! ¡¿Por qué diablos?! —me levanto de un solo movimiento.

Hey, tranquilo. Yanka te espera. Nuestro padre y Filipe están con ella. Es hora de la reunión. —dice Senne y va por un trago.

Camino a zancadas y llego a donde está Yanka.

Vamos, ya están aquí. —asiento y caminamos a la oficina principal. Sé que se refiere a los Hoffmann.

Cuando estamos por ingresar, vemos cómo un hombre revisa a León y luego a Lucien, y les sacan su segunda arma, pues son obligados a dejarlas antes de ingresar.

Luego pasamos nosotros, y solo nos vemos con miradas tensas y desafiantes.

Efectivamente, tenemos armas, también las entregamos, pero al ingresar, los seis somos sorprendidos por nuestros padres al ver a mi amor, mi Maka, esposada a una silla y con Franco apuntándole a la cabeza.

—¡¿Pero qué mierda?! —dice Lucien.

—Papá, ¿por qué Risitos está así? —espero que no le hayan hecho daño.

—¡¿Mi amor, estás bien?! —pregunta Lucien.

Buen, amor, no me han hecho daño, solo estoy así. —dice.

Hey, a los sillones los cuatro, hay que hablar. —dice Cyrill, y obedecemos.

A Franco no le importará descargar su arma por accidente... ¿Cierto, Franco? —dice Cyrill, mi padre, y esto está feo.

Vamos junto con Yanka y tomamos asiento, al igual que lo hacen los Hoffmann.

Saben que esta situación estará delicada, pues nuestros padres nos están informando que, si no aceptamos su propuesta, matarán a Makarena.

—¿Y bien? —dice Yanka.

Al grano, mi conejita debe estar cansada. ¿Cuánto tiempo la han mantenido así?

Sabemos que ustedes —dice Filipe, refiriéndose a León y Lucien— tienen una relación con Makarena.

Al igual que ustedes también. Son esposos —dice Cyrill—. Y ahora quieren iniciar una guerra dentro de la misma organización por ella —completa Cyrill. Es impactante parece que ellos tuvieran planeado sus diálogos.

Queremos que la compartan como su mujer, ¡los cuatro!. —dice Filipe—, y así no se desmoronará la organización, más bien se reformará algo que siempre quisimos.

—¿Qué? Pero papá, estás loco. —contesto.

Los cuatro volteamos a ver a mi Maka, y ella está callada.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora