Cap 43. Prometo encontrarte.

112 15 3
                                    

SEBAK LOMBART 43.

Makarena, ¿dónde diablos estás?! -grito, frustrado. Llevo meses intentando llamarla, pero su teléfono está deshabilitado. He contactado al instituto, a la universidad, a sus amigos... y nadie sabe nada de ella.

Debería viajar yo mismo a Stanford, pero mis responsabilidades y mi cobardía me han mantenido alejado.

Mi teléfono suena, y es Yanka. -Yanka -contesto, y él, muy serio y prepotente, solo me informa:

-Te estamos esperando. Ya estamos todos. Sebak, pon tu culo aquí -dice, y de inmediato subo a la oficina de mi padre en este gran edificio.

Entro a la oficina y me sirvo un trago. Hoy no estoy de humor.

Si Yanka, o más bien Cyrill Lombart, se atrevió a citar a sus tres herederos, es porque la reunión es de carácter importante.

-Me alegra que estén todos -dice mi viejo-. Los cité aquí por una sola razón, y es muy importante. Como saben, han asumido el control de la organización, y es crucial que cada líder, o al menos uno de ustedes, tenga una esposa y demuestre su respeto por la familia -dice el gran Cyrill, y los tres nos miramos.

-Ninguno de los tres tiene novia, ni mucho menos está comprometido. Les daré un mes exactamente, o yo mismo los comprometeré con las hijas de algunos socios -dice mi padre. Y aunque Yanka intenta hablar, él lo calla.

-Pero padre... -Silencio-. NO, no me callaré. Soy el líder ahora y debes escucharme -habla Yanka de manera elegante y firme ante mi padre, quien sonríe, pues ha criado a Yanka como un líder nato.

-Necesitas solo a uno casado, ¿no? Sebak tiene una novia, llevan tiempo juntos y están comprometidos -Yanka voltea a verme, al igual que papá y Senne.

-Sebak, le diste un anillo, ¿no? -pregunta Yanka, y maldigo la hora en que tuve un ataque de franqueza y le conté la verdad sobre Makarena.

-¿Es eso cierto, Sebak, o prefieres buscar a la hija de algún socio? -dice Cyrill, prácticamente orillándome.

-Es cierto, pero debo viajar a América. No la he visto y debo explicarle; ella no conoce este mundo -digo, y de inmediato Senne y Yanka responden al unísono:

-Hermanito, a hacer maletas.

°°°°

Cada paso que doy me pesa más que el anterior; el temor.

Mi cuerpo parece arrastrarse, no por el cansancio físico, sino por la incertidumbre y el miedo que me revuelven las entrañas.

Conozco a Makarena como la palma de mi mano, y sé que dejó de escribirme o llamarme hace ya algunos meses, exactamente después de esa noche.

Cometí el peor error de mi vida: dormir con Charlotte.

Makarena ha desaparecido, y cada segundo que pasa sin saber de ella me consume por dentro.

Al llegar a Stanford, lo primero que hago es ir a su casa, la mansión Walton; pero me sorprende ser atendido por una pareja. La información que consigo me es estremecedora.

-¿Sebak Lombart? -asiento, reconociendo mi nombre.

-Lamento informarle que el señor Adam Walton falleció hace ya varios meses. -Esta información me deja sin aliento. Mi Odiosa me necesitó y no estuve para ella.

Las palabras golpean mi pecho como un mazo. Adam Walton, el hombre que siempre había sido un pilar para Makarena, ya no está.

No entiendo por qué no me lo dijo, o tal vez no la escuché. Me declaro culpable; esta maldita mentira que yo mismo creé ha hecho que la pierda.

SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora