Cap 58. ¿Por qué Sebastiáncito?

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YANKA LOMBART  

—¡Oh, vaya! ¿Qué tenemos aquí? Esta es la hermosa mujer que ha enloquecido a mis dos hijos —dice mi padre con tono halagador, claramente interesado en conocer a mi esposa—. Es un gusto conocerte, soy Cyrill Lombart.

Pero no esperaba que mi linda esposa fuera tan...

Señor Cyrill Lombart, no puedo decir lo mismo. Permítame decirle que sus dos hijos son unos malditos bastardos... —Gracias al cielo, Sebak aparece justo a tiempo, le tapa la boca, la carga y se la lleva.

Lo siento, padre, tenemos un pequeño problemita técnico con ella —digo mientras él me mira con una expresión de póker que no puedo descifrar.

Oh, Yanka, ¿qué ha sido eso? Apenas se han casado y ella parece odiarlos —me dice mi padre, desconcertado. No sé cómo explicarle que ella está furiosa porque la secuestramos, la chantajeamos y, para colmo, se la arrebatamos a Lucien Hoffmann, el hijo de su casi hermano y mejor amigo.

Padre, por favor, permíteme disfrutar mi fiesta y mi boda. Cuando regrese de nuestra luna de miel, te daré todas las explicaciones —mi padre asiente, aunque noto la preocupación en su mirada.

Está bien, Yanka. Sé que eres sensato y serás un gran líder —dice, y yo trago saliva, solo esperando encontrar la manera de convencer o enamorar a mi conejita.

Camino por la fiesta y la veo deambular entre los invitados. Algunos la saludan y ella les devuelve sonrisas falsas, lo cual me hace gracia.

Makarena Gallego es... un caso particular.

La fiesta sigue su curso, pero mi mente está en el siguiente paso: llevar a Makarena a nuestra luna de miel.

Me acerco a ella con una sonrisa calculada. Su vestido blanco resplandece bajo las luces, pero su mirada fría me deja claro que, aunque estemos casados, esta batalla aún no está ganada.

Es hora de irnos, mi conejita —le digo, tomando su mano. Ella me mira con rabia y soberbia, pero no ofrece resistencia. Sebak ya está junto a nosotros, observando en silencio. Sin más palabras, la guiamos hacia la salida, donde un coche nos espera para llevarnos al aeropuerto privado.

El jet está listo, imponente y lujoso, esperando solo por nosotros. Mientras subimos a bordo, Makarena se mantiene  cayada, aunque su postura tensa lo dice todo.

Sebak, por su parte, se sienta frente a ella, observándola con una mezcla de deseo y preocupación. Yo me siento a su lado, notando cómo su piel se eriza cuando me acerco.

El despegue es suave, pero la tensión entre nosotros es palpable.

El viaje hacia Isla del Sol, un rincón secreto en las Maldivas, transcurre en un tenso silencio. Esta isla privada, alejada de todo y rodeada por aguas cristalinas, es el escenario perfecto para nuestra luna de miel, es un lugar paradisíaco y hermoso solo espero y pase algo interesante; como lograr llevar a mi esposa a la cama, la playa o donde ella desee.

Pero sé que Makarena no la verá con los mismos ojos. Para ella, este lugar es una prisión dorada, un recordatorio de su nueva realidad.

Cuando llegamos a la villa, el lujo nos envuelve. Las habitaciones están llenas de detalles exquisitos, y la suite principal, con su vista al océano, parece sacada de un sueño. Pero Makarena sigue siendo un enigma, impenetrable detrás de su fachada altiva.

Bienvenida a la Isla del Sol. Espero que disfrutes este lugar tanto como nosotros, conejita —le digo mientras observo su expresión, buscando alguna señal de rendición, pero solo veo una chispa de desafío.

Sebak saca una botella de champagne y nos ofrece una copa. Makarena la recibe y la bebe de inmediato, incluso vuelve a poner su copa para que Sebak, algo dudoso, le sirva más. No puedo evitar sonreír ladinamente al ver cuánto le gusta el alcohol a mi linda esposa.

Es un gran punto a mi favor, para lograr mi meta “follarla.”

En realidad no se que siento exactamente por esta pequeña conejita, pues desde el primer momento que la Vi en estados unidos moviendo sus caderas, mi cabeza y tampoco sabría decir  cual de las dos, solo viven por ella.

Me acerco a Makarena, atrapándola contra la pared. Siento su respiración entrecortada cuando acerco mi rostro al suyo.

Aquí no hay escapatoria, Eres mía, Makarena —le susurro al oído, atrapándola entre mis brazos.

le susurro antes de inclinarme para besarla.

Es un beso rudo, forzado, buscando someterla. Para mi sorpresa, ella me corresponde, aunque siento la furia detrás de sus labios. Apenas puedo disfrutarlo cuando, de repente, su rodilla se estrella contra mi estómago. Gimo de dolor y retrocedo, dándole el espacio que exige.

No seré tuya, esposito. —escupe las palabras, antes de alejarse con la cabeza en alto.

Sebak, quien ha estado observando en silencio, se acerca a ella con una expresión más suave. No intenta imponerse como yo lo hice; en su lugar, la toma por la mano.

En realidad no alcanzo a escuchar que le dice, Pero veo como este ba al bar y sirven tragos. 

Veo que Sebak trae un juego de naipes y los pone sobre la mesa, esto será interesante.

Llegó a ellos y aunque Mi conejita me ve horrible pido.

Quiero jugar.— Digo serio y ella con sonrisa responde. — Si te atreves y juegas espero y cumplas con mis peticiones cuando te gane, esposito. — Ya es la segunda vez que mi linda conejita me llama así, pero esta muy equivocada si cree que me molesta, es al contrario me encanta.

Me atrevo y cumpliré, Pero espero lo mismo de tu parte.— contesto aunque en realidad no se en que me estoy metiendo.

Luego veo que ella reparte las cartas el juego se llama la blackjack y gana quien llegue a las 21 o tenga la mano más alta.

Makarena reparte y Sebak muestra un 20, yo pido una carta pero me pasó y pierdo de inmediato pero Makareba pide otra y se pasa y el ganador es Sebak. Pero me quedo frío con la pregunta.

— ¿Verdad o reto mi amor?— le pregunta Sebak a Makarena pues quien gana elige a quien preguntar.

Verdad— contesta mi conejita y Sebak le pregunta. — ¿ Todavía me quieres, mi Odiosa Tontilla.?— ella lo ve fijamente. Toma un shot de vokca y contesta.

Si. — veo en los ojos de Sebak un brillo, especial, seguimos jugando pues ella continuo de inmediato aunque Sebak intento acariciarla y ella muy segura lo esquivo.

Luego la siguiente ronda de blackjack la ganó yo y es mi turno. — ¿Verdad o reto conejita?.—. Ella de inmediato contesta verdad y no se exactamente que preguntar pero quiero respuestas.

—¿ A quien quieres a Lucien o a Sebak.?— lo hago por su respuesta anterior. — A mi esposo. — responde ella Pero le contesto. — A todos conejita todos los somos. — No es verdad soy esposa de Lucien, nos casamos por lo civil el 21 de diciembre. — había olvidado este tema.

entonces tienes tres esposos nuestro matrimonio es irrompible preciosa.

Ella bebe nuevamente...
Cuando yo pierdo e ella gana digo verdad, quiero que ella me conosca.

— ¿Que sientes por mi. Esposito.? Que deseas realmente. — pregunta ella y me quedo callado pensando....

Me gustas Makarena, no sales de mi cabeza y si lo acepto quiero poseerte, quiero amarte.  — ella me ve y sonríe. Yo bebo...
Cuando pierde Sebak ella le pregunta.
— ¿Por qué Sebastiáncito.? Le dice ella y no puedo evitar sonreír pues mi linda esposa  está algo alegré pero no deja de ser.. Odiosa.

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SOY MAKARENA GALLEGO. « La  Reina ». Donde viven las historias. Descúbrelo ahora